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Operador Económico Autorizado: lecciones de México, España y Perú

Operador Económico Autorizado: lecciones de México, España y Perú

El Operador Económico Autorizado (OEA) es una de las figuras más relevantes en la modernización aduanera y la facilitación del comercio internacional. Con presencia en más de 80 países, este esquema busca fortalecer la seguridad de la cadena logística y, al mismo tiempo, otorgar beneficios concretos a las empresas que demuestran altos estándares de cumplimiento. Analizamos las experiencias de México, España y Perú, que ofrecen lecciones valiosas para Chile y América Latina.

¿Qué es el Operador Económico Autorizado?

El programa Operador Económico Autorizado surge como una iniciativa de la Organización Mundial de Aduanas (OMA) tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Su objetivo es identificar y certificar a empresas que, dentro de la cadena de suministro, cumplen con estrictos estándares de seguridad y trazabilidad, minimizando riesgos como el contrabando, el narcotráfico o el terrorismo.

Para una empresa, obtener la certificación OEA significa convertirse en un socio confiable para la autoridad aduanera, accediendo a beneficios que incluyen menor número de inspecciones, despacho más ágil y reconocimiento mutuo con otros países.

México: pionero en América Latina

México fue uno de los primeros países de la región en implementar el programa OEA, en 2011. Su experiencia demuestra que la clave del éxito radica en la articulación entre el sector público y privado. La Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) estableció un sistema de certificación robusto que contempla distintos perfiles de empresas: importadores, exportadores, transportistas y agentes aduanales.

Entre los beneficios reportados por las empresas mexicanas se encuentran:

  • Reducción significativa de tiempos de despacho.
  • Reconocimiento mutuo con socios estratégicos como Estados Unidos y Canadá en el marco del T-MEC.
  • Mayor confianza de clientes internacionales, lo que se traduce en más contratos y exportaciones.

No obstante, México también ha enfrentado desafíos, como la necesidad de mejorar la capacitación continua de su personal aduanero y la integración tecnológica entre dependencias.

España: un referente en la Unión Europea

En la Unión Europea, el OEA es una pieza central de la estrategia de seguridad y facilitación del comercio. España destaca como uno de los países con mayor número de empresas certificadas, gracias a un proceso ágil y bien estructurado gestionado por la Agencia Tributaria y la Aduana española.

Las lecciones que aporta España incluyen:

  • Digitalización completa: el proceso de certificación y renovación se gestiona en línea, reduciendo la burocracia.
  • Reconocimiento global: las empresas españolas OEA gozan de acuerdos de reconocimiento mutuo con países de Asia, América y África.
  • Cultura empresarial: el sector privado ha entendido que el OEA no es solo una exigencia, sino una ventaja competitiva.

Además, España ha promovido la integración del OEA en programas de formación académica, reforzando la profesionalización del sector logístico.

Perú: avances y desafíos en Sudamérica

Perú lanzó su programa OEA en 2012 y ha logrado certificar a más de 150 empresas. La Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT) ha impulsado este esquema como parte de su estrategia de modernización y alineación con estándares internacionales.

Entre los beneficios observados en Perú destacan:

  • Reducción en los tiempos de control aduanero.
  • Acceso a corredores rápidos de exportación e importación.
  • Mejora en la confianza entre aduanas y operadores privados.

Sin embargo, aún enfrenta retos como la necesidad de ampliar la participación de pymes, fortalecer el reconocimiento internacional de sus certificados y aumentar la inversión en infraestructura tecnológica.

Lecciones comunes para Chile

El análisis de México, España y Perú deja lecciones claras para Chile, que avanza en su propio programa OEA:

  • Alianzas público-privadas: la colaboración entre gobierno y empresas es vital para generar confianza y garantizar la efectividad del programa.
  • Digitalización y simplificación: los procesos deben ser lo más ágiles y transparentes posible para incentivar la participación empresarial.
  • Reconocimiento internacional: los acuerdos de reconocimiento mutuo multiplican los beneficios para las empresas certificadas.
  • Inclusión de pymes: se requiere adaptar los requisitos para que no solo las grandes corporaciones accedan al OEA.

El futuro del OEA en América Latina

La figura del Operador Económico Autorizado seguirá expandiéndose en la región como parte de los esfuerzos de integración comercial y seguridad. Países como Colombia, Argentina y Chile ya trabajan en fortalecer sus programas, conscientes de que el comercio internacional demanda cadenas de suministro confiables y seguras.

En este contexto, las experiencias de México, España y Perú ofrecen un marco de referencia que Chile puede aprovechar para acelerar su implementación y evitar errores comunes.

En conclusión, el OEA no es solo una herramienta de seguridad aduanera, sino un verdadero habilitador de competitividad internacional. Para Chile, representa la oportunidad de posicionarse como un socio confiable en el comercio global y de facilitar la integración de sus empresas —grandes y pequeñas— a los mercados más exigentes.

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