Los precios del transporte marítimo aumentan debido a la crisis de energía en Europa.
El coste de la energía volvió a ocupar el centro del tablero logístico. En un mercado marítimo que transporta más del 80% del comercio mundial por volumen, la volatilidad del crudo, del gas natural y de los combustibles marinos (VLSFO, MGO, LNG, metanol) se traduce en recargos por bunker, reconfiguración de contratos y decisiones operativas que afectan a exportadores, importadores, navieras y terminales. Este reportaje ofrece una lectura comparativa —tabla y gráfico— y una guía práctica para gestionar el impacto sin sacrificar competitividad.
Contexto energético: por qué el combustible mueve la aguja del flete
El combustible explica, en condiciones normales, entre un 35% y un 55% del costo operativo de un buque de línea. Cuando los precios suben, el efecto se propaga a toda la cadena: navieras ajustan el Bunker Adjustment Factor (BAF), forwarders renegocian cotizaciones spot y contratos de largo plazo, los puertos ajustan ventanas de abastecimiento y los cargadores reordenan calendarios de producción para evitar “embarques caros”. La transición energética añade complejidad: combustibles alternativos más limpios conviven con infraestructuras aún en desarrollo y con curvas de aprendizaje que encarecen la adopción en el corto plazo.
Data comparativa referencial: energía vs. tarifas de flete
La siguiente tabla didáctica resume la evolución (2019–2025) de precios de energía y de fletes promedio en rutas muy seguidas por el mercado. Los valores están simplificados para fines periodísticos y en unidades comparables: USD/ton para VLSFO, USD/MMBtu para GNL, y USD/FEU para tarifas.
Año | VLSFO (USD/ton) | GNL (USD/MMBtu) | Flete Asia–Europa (USD/FEU) | Flete Asia–Costa Oeste EEUU (USD/FEU) |
---|---|---|---|---|
2019 | 400 | 6 | 1,200 | 1,500 |
2020 | 300 | 4 | 1,000 | 1,200 |
2021 | 520 | 8 | 5,500 | 6,000 |
2022 | 720 | 12 | 9,500 | 10,500 |
2023 | 600 | 9 | 4,000 | 4,500 |
2024 | 650 | 10 | 5,200 | 5,700 |
2025 | 690 | 11 | 5,600 | 6,100 |
Valores referenciales para lectura pública. Para decisiones internas, contrastar con series oficiales y contratos vigentes.

Cómo se traslada el costo: BAF, FSC y elasticidad de la demanda
El BAF —y en algunos contratos el Fuel Surcharge (FSC)— indexa el precio del flete a la evolución del combustible. La clave no es solo el nivel del recargo, sino su temporalidad y la fórmula de ajuste. En mercados con demanda robusta, el traslado es casi inmediato; cuando la demanda se enfría, la elasticidad obliga a las navieras a absorber parcialmente el shock o a ofrecer bundles con fiabilidad y tiempos garantizados. Para el cargador, simular escenarios de combustible y tipo de cambio permite anticipar ventanas baratas o caras y mover órdenes de compra/producción en consecuencia.
Gráfico flete Asia–Europa vs. VLSFO
El gráfico siguiente representa, de forma referencial, la relación entre el precio del VLSFO y el flete Asia–Europa. Incluye valores visibles y ejes rotulados. El color utiliza un degradé en escala de negro, conforme a los lineamientos editoriales.
Impacto operativo en puertos y terminales
La presión energética se siente en el muelle: mayor rotación de barcazas de bunkering, coordinación con ventanas de atraque y planes de contingencia cuando el precio hace inviable reabastecer en un puerto determinado. Los terminales que ofrecen múltiples combustibles (VLSFO, GNL, metanol) y tiempos de conexión cortos (quick connect) capturan escala y fidelidad de navieras. En paralelo, se acelera el uso de analítica para calcular el “momento óptimo” de repostaje según esperas, distancia al siguiente puerto y voyage plan.
Estrategias para importadores, exportadores y forwarders
- Simuladores de costo puerta a puerta: incorporar escenarios de combustible, tipo de cambio y congestión para decidir cut-offs y rutas.
- Cláusulas de ajuste: contratos con gatillos de BAF y curvas de revisión quincenal o mensual para reducir litigios.
- Consolidación inteligente: combinar volúmenes para acceder a tarifas mixtas, sin perder flexibilidad de salidas.
- Plan de inventario dinámico: mover safety stock entre DCs cuando el flete sube abruptamente en una ruta específica.
- Medición real de huella: integrar intensidad energética por viaje para preparar transición a combustibles alternativos y ETS/regulaciones.
Proyección y lectura ejecutiva
La normalización total luce lejana. A corto plazo, la clave será gestionar la volatilidad más que esperar su desaparición. Las compañías que combinen contratos resilientes, herramientas de pricing por corredor y datos confiables sobre consumo real por buque, reducirán el impacto de las olas de precios. En definitiva, la crisis energética terminó de instalar una verdad incómoda: el flete barato y estable es la excepción, no la regla; competir exigirá precisión financiera, coordinación logística y decisiones rápidas basadas en información.

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