La iniciativa busca captar carga de Bolivia, Brasil y Paraguay combinando terminal marítimo, recinto de carga aérea y zona logística integrada.
La discusión sobre el futuro portuario del extremo norte de Chile se reactivó con fuerza tras las jornadas del Nodo Logístico Arica 2025. En ese espacio, autoridades, especialistas y representantes del sector privado plantearon la idea de construir un megapuerto cercano al aeropuerto internacional Chacalluta, configurando un nodo logístico mar-aire capaz de articular el Corredor Bioceánico Central, la carga de Chile, Bolivia y Brasil, y nuevas rutas hacia Asia. La propuesta abre un debate estratégico sobre infraestructura, competitividad y rol geopolítico de Arica dentro de las cadenas de suministro del Pacífico sur.
Arica en el corazón del Corredor Bioceánico y del comercio andino
La Región de Arica y Parinacota se ha consolidado como puerta norte del comercio exterior chileno y como eslabón central del Corredor Bioceánico Central, iniciativa que busca conectar estados del oeste de Brasil con Bolivia, Perú y Chile mediante una red de carreteras, ferrocarriles y terminales portuarios. En este esquema, el Puerto de Arica funciona como salida natural al océano Pacífico para productos agroindustriales, minerales y carga general que buscan rutas más cortas hacia los puertos asiáticos.
De acuerdo con la Empresa Portuaria Arica, el terminal cerró 2023 con un récord histórico de transferencia superior a los 3,3 millones de toneladas de carga, con una fuerte participación de carga boliviana en tránsito y un rol creciente del mercado peruano. El dinamismo del enclave se refleja en tasas de crecimiento de dos dígitos en los últimos años, lo que ha exigido un uso intensivo de sus instalaciones, zonas extraportuarias y conexiones terrestres.
Este incremento sostenido ha puesto sobre la mesa la necesidad de anticipar nuevos niveles de demanda y de evaluar cómo se insertará Arica en un escenario donde otros puertos del Pacífico, como el megapuerto de Chancay en Perú, avanzan en proyectos de gran escala orientados a captar servicios directos con Asia. Para los actores regionales, la clave pasa por no perder la ventana de oportunidad que otorga la posición geográfica de Arica frente al altiplano boliviano y a los flujos de carga que se están consolidando a través del corredor bioceánico.
En ese contexto, la idea de un megapuerto cercano al aeropuerto adquiere sentido como alternativa para ampliar la capacidad instalada, diversificar los servicios logísticos y reposicionar al extremo norte como un nodo de conexión mar-aire competitivo frente a otros hubs de la costa oeste sudamericana.
La propuesta de un megapuerto junto al aeropuerto internacional Chacalluta
La propuesta de levantar un megapuerto en el sector norte de Arica se hizo visible durante las actividades del Nodo Logístico Arica 2025, donde se destacó que la ciudad cuenta con extensas planicies en las cercanías del aeropuerto internacional Chacalluta, a unos 18 kilómetros de la zona urbana y muy próxima a la frontera con Perú. Según expositores del encuentro, ese territorio permitiría proyectar un terminal de aguas profundas con espacio suficiente para muelles, explanadas, parques logísticos y accesos viales de alto estándar.
La idea central es articular en un mismo polo la infraestructura portuaria y aeroportuaria, de modo que contenedores y carga de alto valor puedan transferirse de manera expedita entre barcos y aeronaves de carga. De esta forma, mercancías con ciclos logísticos sensibles a los tiempos, como productos farmacéuticos, componentes electrónicos, carga perecible o envíos de comercio electrónico, tendrían una alternativa para combinar transporte marítimo y aéreo en plazos competitivos hacia y desde Sudamérica.
Aeropuerto Internacional Chacalluta, al norte de Arica, cuya ubicación y ampliación reciente alimentan la discusión sobre un megapuerto cercano y un nodo logístico mar-aire en la frontera norte.
El aeropuerto de Arica ha experimentado en los últimos años un proceso de modernización que incluyó la ampliación del terminal de pasajeros y la mejora de sus capacidades operativas. Si bien su principal función sigue siendo el transporte de personas, la infraestructura disponible y las posibilidades de habilitar áreas para carga permiten proyectar un uso más intensivo vinculado al comercio exterior, especialmente si se logra una coordinación más estrecha con las cadenas marítimas y terrestres.
La cercanía entre un eventual megapuerto y el aeropuerto permitiría diseñar corredores exclusivos para camiones, sistemas automatizados de transferencia de contenedores y zonas francas logísticas que favorezcan la consolidación y desconsolidación de carga. Estas características son las que, según los impulsores de la idea, podrían transformar a Arica en un nodo mar-aire competitivo para el Cono Sur, complementando, y no necesariamente sustituyendo, el rol del actual Puerto de Arica.
Impactos esperados en el comercio de Chile, Bolivia y Brasil
Uno de los argumentos recurrentes a favor del proyecto es su impacto potencial en la integración económica de Chile con Bolivia y Brasil. Hoy, una porción relevante de la carga boliviana utiliza el Puerto de Arica como puerta al Pacífico, especialmente granos, minerales y carga contenerizada. Para los estados brasileños que participan del Corredor Bioceánico Central, la posibilidad de contar con un nodo mar-aire en el extremo norte ampliaría el menú de opciones para exportar e importar bienes hacia los mercados asiáticos.
La existencia de un megapuerto permitiría recibir naves de mayor tamaño y optimizar el uso de buques portacontenedores que conectan directamente con hubs asiáticos o de América del Norte. En paralelo, el componente aéreo permitiría canalizar hacia Arica parte de la carga de alto valor que hoy sale por aeropuertos ubicados en Lima, Santiago u otros puntos del Cono Sur, creando servicios combinados puerta a puerta para segmentos específicos del comercio internacional.
Para la Región de Arica y Parinacota, la consolidación de un nodo logístico de estas características implicaría encadenamientos productivos en áreas como transporte terrestre, servicios marítimos, almacenamiento, centros de distribución, mantenimiento de equipos, servicios a la tripulación y actividades complementarias de turismo de negocios. La demanda por mano de obra calificada y por proveedores especializados podría impulsar la profesionalización del ecosistema logístico local.
Al mismo tiempo, la puesta en marcha de un megapuerto cercano al aeropuerto debería dialogar con otras actividades ya presentes en la zona, como la pesca artesanal, el pequeño comercio y los servicios turísticos. Las autoridades regionales han señalado la necesidad de armonizar cualquier proyecto de gran escala con los planes de ordenamiento territorial y con una política de desarrollo que incorpore a las comunidades de la región en la toma de decisiones sobre el uso del borde costero y del suelo disponible.
Desafíos de infraestructura, conectividad y sostenibilidad en el extremo norte
La materialización de un megapuerto mar-aire en Arica plantea desafíos significativos desde el punto de vista de la ingeniería y la planificación. La costa al norte de la ciudad combina sectores de playa y áreas rocosas expuestas a oleajes del Pacífico, por lo que sería necesario diseñar obras de abrigo, rompeolas y explanadas capaces de garantizar operaciones seguras durante todo el año. A ello se suman requisitos de dragado y de diseño de muelles para atender naves de gran eslora, junto con sistemas de protección medioambiental adaptados a la zona.
En términos de conectividad, un proyecto de esta magnitud exigiría reforzar la Ruta 5 y los accesos hacia la frontera con Bolivia, modernizar el ferrocarril Arica–La Paz y definir trazados específicos para corredores logísticos que minimicen la interacción con áreas residenciales. La infraestructura digital, la gestión de datos en tiempo real y la coordinación entre servicios públicos también serían componentes clave para asegurar una operación eficiente y trazable en el polo mar-aire.
El componente ambiental ocupa un lugar central en el análisis. La franja costera y el entorno del desierto costero de Arica albergan ecosistemas sensibles, así como áreas de valor paisajístico y cultural. Cualquier iniciativa de megapuerto necesitaría someterse a un proceso riguroso de evaluación ambiental, con estudios de línea de base actualizados, análisis de impactos acumulativos, medidas de mitigación y mecanismos de participación ciudadana que den cuenta de las preocupaciones de las comunidades y de organizaciones socioambientales.
La gobernanza del proyecto también es un factor decisivo. La definición del modelo de concesión, el rol del Estado y de inversionistas privados, la coordinación con la Empresa Portuaria Arica, la Dirección General de Aeronáutica Civil y el concesionario del aeropuerto, así como la articulación con el Gobierno Regional y los municipios, determinarán el grado de viabilidad y legitimidad social de un eventual megapuerto junto al aeropuerto.
Hoja de ruta y debates abiertos sobre el futuro portuario de Arica
Las sesiones del Nodo Logístico Arica 2025 han dejado como resultado una agenda de trabajo que incluye desde proyectos actualmente en ejecución hasta iniciativas conceptuales de largo plazo. Entre los compromisos anunciados se encuentra la elaboración de estudios que permitan dimensionar con mayor precisión la demanda futura de carga, el potencial del Corredor Bioceánico Central y los requerimientos para transformar a Arica en un hub competitivo frente a otros puertos del Pacífico.
Dentro de esa hoja de ruta, la propuesta de un megapuerto junto al aeropuerto surge como una alternativa que deberá ser sometida a prefactibilidad técnica, económica y ambiental. Los próximos pasos consideran el análisis de distintos escenarios de localización, capacidades y etapas de desarrollo, así como la revisión de experiencias internacionales donde se han implementado nodos mar-aire que combinan puertos y aeropuertos de manera integrada.
Mientras se desarrollan estos estudios y se definen prioridades de inversión, el debate sobre la escala y el diseño del futuro portuario del extremo norte seguirá siendo un tema central para autoridades, empresas y comunidades. La discusión en torno al megapuerto junto al aeropuerto de Arica se ha transformado en un punto de referencia para entender cómo Chile y sus socios regionales buscan posicionarse en las cadenas globales de suministro, en un contexto de cambios en las rutas marítimas, nuevas demandas logísticas y creciente atención a los impactos territoriales de la infraestructura.
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Fuentes
- Comunicaciones del Gobierno Regional de Arica y Parinacota y notas oficiales sobre el Nodo Logístico Arica 2025 y el proyecto de Nodo Bioceánico Central.
- Información de la Empresa Portuaria Arica sobre la transferencia de carga 2023 y 2024, con énfasis en el récord superior a 3,3 millones de toneladas y el peso de la carga boliviana en tránsito.
- Reportes de medios regionales que recogen las intervenciones de autoridades y expertos que plantean la idea de un “megapuerto” cercano al aeropuerto internacional Chacalluta y su impacto en el mapa logístico del Cono Sur.
- Antecedentes públicos del Aeropuerto Internacional Chacalluta sobre su ubicación, características operativas y proceso de ampliación del terminal de pasajeros.























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