Una propuesta piloto en la Región de Ñuble plantea corredores combinados aire–ferrocarril para reducir tiempos de entrega y descongestionar rutas terrestres.
La combinación de drones y trenes de carga comienza a perfilarse como una de las transformaciones más llamativas para la logística de carga en Chile. Mientras el país impulsa el transporte ferroviario de carga para descongestionar carreteras y reducir emisiones, surgen proyectos que exploran el uso de drones logísticos para inventarios, vigilancia y entregas de última milla, configurando un ecosistema intermodal en el que la tecnología aérea y los rieles podrían cambiar para siempre la forma en que se mueven mercancías desde y hacia los puertos, centros de distribución y regiones extremas.
Chile busca una logística de carga más eficiente y sostenible
La discusión sobre cómo modernizar la logística de carga en Chile se ha intensificado al ritmo del crecimiento del comercio exterior, la congestión en carreteras y las exigencias de reducción de emisiones. El país mantiene una fuerte dependencia del transporte carretero, mientras el modo ferroviario participa con una fracción menor del volumen total de carga movilizada. En paralelo, la presión por mejorar la competitividad logística impulsa la búsqueda de soluciones que integren nuevas tecnologías, optimicen el uso de la infraestructura existente y reduzcan la huella de carbono asociada al movimiento de mercancías.
En ese contexto, se ha instalado con fuerza la idea de una logística más multimodal, donde las empresas puedan combinar de manera más fluida camiones, trenes, puertos y centros de distribución. El desafío pasa por conectar corredores troncales de larga distancia con soluciones de última milla que permitan llegar a zonas urbanas densas o a localidades alejadas de manera rápida y segura. Allí aparecen con fuerza los drones de carga, que ya se prueban en otros mercados para tareas de vigilancia, inspecciones, inventarios automatizados y entregas de paquetes en distancias cortas.
La convergencia entre trenes de carga y drones logísticos abre la posibilidad de reorganizar el sistema en capas: grandes volúmenes a través del ferrocarril, conexiones portuarias y tránsitos interregionales por riel, y operaciones de distribución fina apoyadas en tecnologías aéreas no tripuladas. Para las cadenas que vinculan puertos, zonas industriales, terminales intermodales y centros de consumo, esta combinación podría redefinir tiempos de tránsito, patrones de inversión y localización de plataformas logísticas.
El retorno del tren de carga en los corredores estratégicos
El transporte ferroviario de carga en Chile vive un proceso de revalorización. La Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) ha informado aumentos relevantes en las toneladas-kilómetro transportadas y se ha fijado metas para duplicar su movimiento de carga hacia 2030, pasando desde niveles cercanos a los 3.000 millones de toneladas-kilómetro a alrededor de 6.000 millones. Estas proyecciones se sustentan en proyectos como nuevos terminales intermodales, mejoras de infraestructura y acuerdos con operadores privados para reforzar la conexión entre centros productivos y puertos.
En este escenario destacan empresas como Fepasa, que moviliza más de seis millones de toneladas al año entre las regiones de Valparaíso y Los Lagos mediante trenes de carga dedicados a minería, forestal, celulosa, graneles y contenedores. El modo ferroviario ofrece ventajas en eficiencia energética y seguridad, con reducciones significativas de emisiones de CO2 frente al transporte carretero, lo que lo convierte en una pieza clave para avanzar hacia una logística baja en carbono. La ampliación de servicios ferroviarios hacia puertos como San Antonio y Valparaíso también fortalece la integración entre el sistema portuario y las cadenas terrestres.
La combinación de corredores ferroviarios de carga, patios de intercambio y terminales intermodales abre la puerta a nuevas configuraciones donde trenes largos concentren volúmenes que luego puedan ser redistribuidos por camiones y, en un futuro cercano, por drones especializados capaces de cubrir tramos cortos y zonas de difícil acceso. Esta visión se alinea con la necesidad de descongestionar rutas saturadas y reducir los costos logísticos para exportadores e importadores.
Operación de carga ferroviaria en Chile: los trenes de carga refuerzan el rol del ferrocarril en los corredores logísticos que conectan puertos y centros productivos.
Drones logísticos entran en la conversación chilena
Mientras el tren recupera protagonismo en los tramos de larga distancia, los drones para logística comienzan a ganar espacio en el debate sobre innovación en la cadena de suministro. En bodegas y centros de distribución, estos dispositivos se utilizan en distintos países para tareas como inventario automatizado, lectura de códigos en altura, inspección de estanterías y vigilancia perimetral, disminuyendo tiempos de ciclo y mejorando la trazabilidad de la mercadería. En el ámbito de la entrega de paquetes, las pruebas piloto muestran que los drones pueden reducir tiempos de entrega en áreas rurales o de difícil acceso.
Chile ha desarrollado una regulación específica para la operación de drones o RPAS, a través de normas aeronáuticas que exigen credenciales de piloto a distancia, registro del equipo y autorización de la Dirección General de Aeronáutica Civil para operar en zonas pobladas. El avance normativo, sumado al interés de empresas tecnológicas y operadores logísticos, abre la puerta a que proyectos de drones de carga se integren, de manera paulatina, a los sistemas de distribución existentes.
Aunque hoy la mayoría de las aplicaciones se concentra en tareas de apoyo —como inspecciones, monitoreo de infraestructura ferroviaria y vigilancia en terminales—, los escenarios de futuro plantean que drones de mayor capacidad podrían complementar el transporte terrestre con entregas punto a punto en distancias cortas. Esto es especialmente relevante para regiones con geografía compleja, donde la orografía encarece la construcción de caminos y donde las comunidades están alejadas de los principales ejes de transporte.
Un sistema intermodal que conecte rieles, carreteras y cielo
La visión de largo plazo que se discute en el sector apunta a una logística intermodal donde los trenes de carga funcionen como columna vertebral de los flujos masivos, mientras camiones y drones asumen funciones complementarias. En este modelo, un tren podría llegar a un terminal intermodal cercano a un puerto o zona industrial, descargar contenedores y pallets hacia bodegas automatizadas, y desde allí coordinar el despacho de mercancías mediante camiones de corto recorrido y drones para la última milla.
Este enfoque permite aprovechar las ventajas de cada modo: el ferrocarril para grandes volúmenes y largas distancias con menor huella ambiental, el camión para flexibilidad puerta a puerta en la red vial y el dron para accesos complejos o urgencias. Además, habilita nuevas configuraciones de corredores verdes, donde se prioricen tecnologías menos emisoras y se reduzca la huella de carbono asociada al comercio exterior y al abastecimiento interno.
| Modo de transporte | Rol principal en la cadena logística | Ventajas clave |
|---|---|---|
| Carretero | Distribución puerta a puerta y alimentación de puertos y terminales. | Flexibilidad de rutas, amplia cobertura, tiempos de tránsito directos. |
| Ferrocarril de carga | Tramos troncales de larga distancia entre polos productivos y puertos. | Menor costo por tonelada-km, menor huella de carbono, alta seguridad. |
| Drones logísticos | Última milla, inventarios automatizados y acceso a zonas aisladas. | Rapidez en distancias cortas, acceso a áreas complejas, monitoreo en tiempo real. |
Impacto potencial en puertos, centros logísticos y regiones extremas
La articulación entre drones y trenes de carga podría tener efectos especialmente visibles en el sistema portuario y en las regiones extremas de Chile. Puertos como San Antonio, Valparaíso, Coronel o Mejillones dependen de una conexión fluida con sus hinterlands para movilizar contenedores, graneles y carga fraccionada. La expansión del ferrocarril de carga hacia estos complejos, combinada con soluciones de distribución avanzada, ofrece la posibilidad de reducir congestión en accesos viales, mejorar la seguridad y acortar tiempos de permanencia de los camiones en zonas urbanas.
En regiones alejadas de los grandes centros metropolitanos, los drones logísticos se perfilan como una herramienta capaz de conectar estaciones ferroviarias, centros de distribución y comunidades aisladas. Desde plataformas ubicadas junto a la vía o en pequeños aeródromos, podrían despachar medicamentos, repuestos críticos o documentación hacia localidades donde el transporte por carretera enfrenta restricciones climáticas o geográficas. Estas operaciones se complementarían con trenes que trasladan volúmenes mayores hasta nodos estratégicos.
Para los puertos especializados en carga de exportación —mineral, forestal, agroindustrial—, un sistema que combine tren, camión y dron permitiría mejorar la visibilidad sobre el flujo de mercancías, agilizar la inspección de infraestructuras y facilitar el monitoreo de patios, corredores ferroviarios y zonas de almacenamiento. Todo ello refuerza la idea de una logística de carga en Chile más integrada y apoyada en datos.
Un dron recorre los pasillos de una bodega automatizada para apoyar inventarios y control de stock, una de las aplicaciones que podrían incorporarse a la logística chilena.
Desafíos para que la revolución llegue a la operación diaria
Para que la combinación de drones y trenes de carga transforme de manera profunda la logística de carga en Chile, será necesario resolver una serie de desafíos regulatorios, tecnológicos y de infraestructura. En el caso ferroviario, la ampliación de capacidad requiere inversiones en vías, señalización, patios y terminales intermodales, así como acuerdos de largo plazo entre el Estado y operadores privados para asegurar niveles de servicio competitivos frente al camión.
En el ámbito de los drones logísticos, la masificación de operaciones dependerá del desarrollo de marcos normativos que habiliten vuelos más allá de la línea de vista del piloto, corredores aéreos específicos para logística y sistemas de gestión del tráfico aéreo liviano. También será clave avanzar en estándares de ciberseguridad, protección de datos y protocolos de integración con los sistemas de gestión de bodegas, flotas y terminales ferroviarios.
La evolución de la tecnología, el comportamiento de la demanda y la velocidad de adopción definirán hasta qué punto estos cambios se consolidan como parte de la operación diaria en puertos, centros de distribución y corredores internos. Lo que ya está claro en el debate logístico chileno es que la articulación entre trenes de carga modernos y drones especializados se ha instalado como una de las rutas posibles para avanzar hacia un sistema más eficiente, seguro y sostenible.
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