Un derrumbe de lodo sepultó dos embarcaciones de pasajeros atracadas en el puerto amazónico de Ucayali, activando un operativo de búsqueda y rescate en la zona.
Un deslave en el puerto fluvial de Iparia, en la región amazónica de Ucayali, hundió dos embarcaciones que se encontraban atracadas en la ribera del río Ucayali y dejó al menos 12 muertos, decenas de desaparecidos y varios heridos, según los primeros reportes oficiales. La tragedia ha vuelto a evidenciar la vulnerabilidad de las rutas fluviales en el oriente peruano, donde miles de personas dependen de los ríos como principal vía de transporte hacia comunidades indígenas y rurales.
Tragedia en la madrugada en el puerto fluvial de Iparia
La madrugada del lunes 1 de diciembre se convirtió en una jornada de desastre para los habitantes del puerto fluvial de Iparia, un distrito ribereño de la provincia de Coronel Portillo, en la región Ucayali. Alrededor de las 5:00 de la mañana, un tramo del barranco que bordea el río Ucayali colapsó de forma repentina sobre la zona de embarque, donde dos naves fluviales permanecían atracadas con pasajeros y carga. El derrumbe arrastró a las embarcaciones hacia el cauce y generó una ola de lodo y agua que sorprendió a quienes se encontraban en el muelle improvisado.
Testimonios de sobrevivientes señalan que el suelo comenzó a ceder en cuestión de segundos y que muchas personas no alcanzaron a reaccionar. Una de las naves, perteneciente a la empresa Transporte Deo Rigo, había partido horas antes desde Pucallpa con decenas de pasajeros rumbo a comunidades de la cuenca del Caco, mientras que la segunda embarcación, de la firma Transporte Rápido El Oriente, estaba vacía al momento del impacto. La fuerza del deslave hundió casi por completo a la nave de pasajeros y dejó a personas, equipajes y mercancías flotando en medio de aguas turbias.
Cómo ocurrió el deslave en la ribera del río Ucayali
De acuerdo con reportes de la Policía Nacional, de la Marina de Guerra del Perú y del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), el deslizamiento se produjo en un sector inestable del margen del río, afectado por la erosión constante y el incremento del caudal propio de la temporada de lluvias. El barranco, de varios metros de altura, se desplomó sobre el área donde las embarcaciones realizaban maniobras de desembarque y carga, golpeando directamente las estructuras de madera y metal utilizadas como muelle y generando un colapso en cadena.
Las primeras imágenes difundidas desde Iparia muestran la proa de las naves sumergida, restos de techos y estructuras de las embarcaciones junto a pasajeros tratando de mantenerse a flote y vecinos lanzando botes menores para apoyar en los rescates de urgencia. La dinámica habitual de estos puertos fluviales, sin un registro formal de pasajeros y con embarques y desembarques sucesivos, ha dificultado establecer con precisión cuántas personas se encontraban a bordo en el momento del desastre, lo que explica las diferencias entre los balances de víctimas entregados por distintas instituciones.
Fallecidos, desaparecidos y heridos: balances preliminares que siguen cambiando
Las cifras oficiales sobre el impacto humano del deslave en Iparia han ido actualizándose conforme avanzan las labores de búsqueda. El COEN y autoridades regionales reportaron inicialmente al menos 12 personas fallecidas, entre ellas varios menores de edad, así como alrededor de 30 desaparecidos y un grupo de heridos atendidos en el centro de salud local y en hospitales de referencia en Pucallpa. Con el paso de las horas, algunos balances regionales elevaron el número de desaparecidos a más de 50 y mencionaron la posibilidad de que el total de víctimas mortales aumente a medida que se recuperen cuerpos en el cauce del río.
Las dificultades para determinar el número exacto de pasajeros obedecen a que las embarcaciones operan en un contexto de transporte fluvial semiformaI, donde el embarque puede realizarse en distintos puntos y no siempre existe una lista nominal de pasajeros. Entre las personas afectadas se registran niños, docentes, adultos mayores y familias pertenecientes a comunidades nativas que utilizan estas naves como único medio de conexión con centros urbanos para acceder a educación, salud, comercio y servicios públicos.
| Fuente | Fallecidos (aprox.) | Desaparecidos (aprox.) | Heridos (aprox.) | Situación reportada |
|---|---|---|---|---|
| Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) | 12 | 30 | 6 – 20 | Cifras preliminares en las primeras 24 horas |
| Gobierno regional de Ucayali y medios locales | 12 – 13 | 30 – 57 | más de 20 | Actualizaciones en función de testimonios y reportes de familiares |
| Ministerio de Salud y Defensoría del Pueblo | 12 | alrededor de 30 | 20 atendidos, mayoría dada de alta | Balance sanitario y coordinación de evacuaciones |
Búsqueda contrarreloj en un puerto sin infraestructura formal
Desde las primeras horas posteriores al deslave, la Marina de Guerra del Perú, la Policía Nacional y equipos del COEN y del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de Ucayali se desplazaron a la zona en helicópteros, embarcaciones de apoyo y botes menores. Las labores se concentran en la recuperación de cuerpos atrapados bajo el lodo y las estructuras colapsadas, así como en la búsqueda de personas arrastradas por la corriente del Ucayali. Las tareas se han visto complicadas por la turbiedad del agua, la presencia de palizadas, la profundidad variable del cauce y la persistencia de lluvias en la selva central.
Representantes de la Defensoría del Pueblo han recordado que Iparia no cuenta con un puerto formal ni con infraestructura portuaria permanente; las embarcaciones suelen atracar directamente en la orilla del río, donde se realiza la carga y descarga de pasajeros y mercancías. Esta falta de instalaciones adecuadas no solo incrementa el riesgo ante fenómenos de erosión y deslizamientos, sino que también limita la capacidad de respuesta cuando se producen emergencias de gran magnitud, ya que no hay muelles sólidos ni puntos de evacuación claramente señalizados para la población.
Comunidades indígenas, docentes y familias entre las principales afectadas
La tragedia en el puerto de Iparia ha golpeado especialmente a comunidades indígenas y rurales que dependen del transporte fluvial para sus actividades cotidianas. Entre los pasajeros de la embarcación siniestrada se encontraban estudiantes, docentes y personal del Instituto de Educación Superior Tecnológico Público Colonia del Caco, además de familias procedentes de comunidades como Caco Macaya, Curiaca del Caco, Pueblo Nuevo del Caco y otros centros poblados de la cuenca. El Ministerio de Educación ha confirmado el fallecimiento de varios maestros y ha expresado condolencias a las comunidades educativas de la zona.
Los testimonios recogidos en la ribera del río describen escenas de desesperación, con familiares buscando noticias entre las personas rescatadas y consultando las listas elaboradas de manera preliminar por autoridades locales. Algunos sobrevivientes relatan que lograron llegar a la orilla aferrándose a tablas y bidones, mientras otros esperaban noticias de docentes y compañeros que no aparecían entre los registrados. La precariedad de los servicios de emergencia en la zona ha quedado reflejada en imágenes de ambulancias improvisadas sobre mototaxis y en la necesidad de trasladar heridos por vía fluvial hasta centros de salud mejor equipados.
Erosión del río Ucayali y antecedentes de accidentes fluviales en la Amazonía peruana
El colapso del barranco en Iparia ha reactivado el debate sobre la erosión de las riberas del río Ucayali y los riesgos crecientes que enfrentan las poblaciones asentadas en sus márgenes. Autoridades regionales y dirigentes locales han advertido que la combinación de lluvias intensas, cambio en los patrones de caudal, deforestación y ausencia de obras de protección hace que varios tramos del río presenten taludes inestables que podrían ceder en cualquier momento. En Iparia, habitantes de comunidades ribereñas habían reportado con anterioridad deslizamientos menores y pérdida de franjas de terreno utilizadas para viviendas y zonas de embarque.
La Amazonía peruana arrastra un historial de accidentes fluviales asociados a condiciones climáticas adversas, sobrecarga de naves, falta de control sobre la seguridad a bordo y ausencia de muelles consolidados. En 2021, por ejemplo, un choque entre dos embarcaciones en el río Huallaga dejó más de veinte fallecidos en medio de la neblina, lo que llevó a discusiones sobre estándares mínimos para el transporte de pasajeros en ríos amazónicos. En el caso de Iparia, las investigaciones en curso deberán esclarecer si las embarcaciones afectadas cumplían con los protocolos de seguridad, si operaban con sobrecupo y qué medidas de prevención se habían tomado frente a la evidente fragilidad de la ribera.
Mientras las brigadas de rescate continúan peinando el cauce del Ucayali y se actualizan las listas de víctimas, el deslave en el puerto fluvial de Iparia se ha transformado en un símbolo de la vulnerabilidad de las rutas fluviales que sostienen la vida cotidiana en la Amazonía peruana. Las próximas decisiones de las autoridades en materia de infraestructura, gestión del riesgo y control del transporte fluvial serán seguidas con atención por las comunidades indígenas, las organizaciones sociales y los actores del sistema logístico que operan en la cuenca.
- Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) y reportes oficiales sobre el deslizamiento en el puerto fluvial de Iparia, región Ucayali.
- Informes del Gobierno regional de Ucayali, Policía Nacional y Marina de Guerra del Perú sobre fallecidos, desaparecidos y heridos en el accidente fluvial.
- Cobertura de medios internacionales y nacionales sobre el deslave en Iparia y las labores de búsqueda de desaparecidos en el río Ucayali.
- Artículos de prensa regional especializada en Amazonía peruana sobre la situación de las comunidades de Caco Macaya, Curiaca del Caco y otros asentamientos ribereños afectados por la tragedia.
- Antecedentes de accidentes fluviales en la Amazonía peruana registrados por autoridades de transporte y organismos de gestión del riesgo.






















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