El proyecto minero-portuario busca dotar a la Región de Coquimbo de un terminal de aguas profundas para exportar graneles minerales.
El proyecto portuario Cruz Grande vuelve al centro del debate público en Chile. Mientras la Compañía Minera del Pacífico (CMP) busca concretar una inversión de US$250 millones para un terminal de graneles minerales en la comuna de La Higuera, la institucionalidad marítima y ambiental, incluido el Consejo de Ministros, revisa los impactos logísticos y ecológicos de una concesión clave para el futuro del Archipiélago de Humboldt y de la Región de Coquimbo.
Un puerto minero estratégico en la Región de Coquimbo
El puerto de Cruz Grande es una iniciativa minero-portuaria impulsada por la Compañía Minera del Pacífico (CMP), filial del Grupo CAP, que busca levantar un terminal de graneles en el sector costero de Chungungo, comuna de La Higuera, en la Región de Coquimbo. El objetivo principal es embarcar concentrado de hierro y otros graneles minerales, consolidando un nuevo polo logístico para el corredor minero del norte chico.
Según los antecedentes del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, la obra considera una inversión estimada en torno a los US$250 millones y una vida útil proyectada de 50 años. El diseño contempla la construcción de un muelle para atender naves graneleras de gran tamaño, junto con instalaciones de acopio, correas transportadoras y sistemas de carga diseñados para movilizar alrededor de 13,5 millones de toneladas de mineral al año.
La apuesta de CMP es disponer de un puerto especializado que complemente y modernice su red de terminales mineros en el país. De concretarse, Cruz Grande se transformaría en uno de los enclaves clave para la exportación de hierro chileno hacia Asia y otros mercados, reforzando el rol del litoral de Coquimbo en las cadenas de suministro globales del sector minero.
La concesión marítima y el rol del Consejo de Ministros
Aunque el proyecto Cruz Grande cuenta con una Resolución de Calificación Ambiental aprobada y respaldada en instancias judiciales, la iniciativa aún requiere la concesión marítima mayor para ocupar el borde costero y ejecutar las obras en el mar territorial. Esta autorización es tramitada ante la Comisión Regional de Uso del Borde Costero (CRUBC) y el Ministerio de Defensa, pero se enmarca dentro de una institucionalidad donde el Consejo de Ministros juega un papel relevante en la definición de políticas y criterios de sustentabilidad.
En los últimos años, distintas decisiones del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático han incidido en el ordenamiento del Archipiélago de Humboldt y su entorno, incluyendo la creación de áreas protegidas y la evaluación de proyectos minero-portuarios en La Higuera. La experiencia acumulada en casos como Dominga y en la tramitación de figuras de protección marina ha convertido a este órgano colegiado en un referente obligado cuando se discute la compatibilidad entre inversiones portuarias, biodiversidad y desarrollo regional.
La evaluación de la concesión marítima para Cruz Grande se da en este contexto. Los ministerios con competencia en medio ambiente, energía, economía, defensa y transportes analizan antecedentes técnicos y jurídicos que van desde los efectos acumulativos sobre el ecosistema del Archipiélago de Humboldt hasta la coherencia del proyecto con los compromisos climáticos de Chile y la política portuaria nacional. Esta revisión busca asegurar que cualquier decisión sobre el uso del borde costero se ajuste a criterios de interés público y gestión integrada del mar.
Imagen referencial del litoral y la infraestructura portuaria en una zona costera del Pacífico, similar al entorno donde se proyecta el puerto Cruz Grande en la Región de Coquimbo.
Un proyecto en el corazón del Archipiélago de Humboldt
El punto más sensible de la discusión sobre la concesión marítima de Cruz Grande es su ubicación frente al Archipiélago de Humboldt, uno de los ecosistemas marinos más biodiversos de Chile. El terminal se emplazaría a varias decenas de kilómetros de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt y de las reservas marinas cercanas, áreas reconocidas internacionalmente por su alta concentración de aves marinas, cetáceos y recursos pesqueros.
Organizaciones ambientales y científicas han advertido que el aumento del tráfico de grandes graneleros, sumado a las operaciones de carga y descarga de mineral, podría incrementar los riesgos de contaminación acústica, derrames y cambios en los patrones de uso del hábitat de especies clave. Adicionalmente, se ha planteado la preocupación por los efectos acumulativos entre este proyecto y otras iniciativas portuarias y mineras en evaluación en la misma franja costera.
La controversia no es nueva. Desde que el proyecto obtuvo su permiso ambiental en 2015, se han presentado recursos administrativos y judiciales que cuestionan la suficiencia de la línea de base ambiental y la vigencia de una evaluación realizada hace más de una década en un contexto climático y ecológico cambiante. Si bien la Corte Suprema ha validado la legalidad de la RCA, los críticos sostienen que las condiciones actuales del ecosistema del Archipiélago de Humboldt requieren una mayor cautela al momento de autorizar nuevas infraestructuras portuarias.
Impactos económicos y logísticos para la Región de Coquimbo
Desde la perspectiva económica, la concesión marítima para el puerto de Cruz Grande es vista por el sector minero como una oportunidad para reforzar la competitividad del hierro chileno. La infraestructura propuesta permitiría optimizar los tiempos de carga, operar buques de mayor porte y reducir costos logísticos, lo que podría mejorar la posición de CMP en mercados como China, Japón y otros destinos del Asia-Pacífico.
El proyecto contempla una fase de construcción intensiva en mano de obra y una operación permanente que generaría empleos directos e indirectos en la comuna de La Higuera y en la Región de Coquimbo. A ello se suma la contratación de servicios de transporte, mantenimiento, logística y asistencia marítima, con un potencial encadenamiento hacia empresas locales de ingeniería, servicios portuarios y apoyo a la navegación.
Al mismo tiempo, el desarrollo de un nuevo terminal especializado en graneles minerales abre preguntas sobre su coexistencia con otras actividades económicas ya consolidadas en el Archipiélago de Humboldt. La pesca artesanal, el turismo de naturaleza y la observación de fauna marina se han posicionado como pilares del desarrollo local en caletas como Punta de Choros y Chungungo, generando ingresos y empleo ligado a la conservación de la biodiversidad. La forma en que se compatibilicen estos usos del borde costero será central en la evaluación de la concesión.
Escenarios regulatorios y próximos pasos para Cruz Grande
La decisión sobre la concesión marítima de Cruz Grande se construye paso a paso. La Comisión Regional de Uso del Borde Costero debe revisar informes técnicos de distintos servicios públicos, pronunciamientos de la Armada y antecedentes levantados por la comunidad y organizaciones de la sociedad civil. Sobre esa base, emite una recomendación que luego es considerada por el Ministerio de Defensa y otras autoridades sectoriales con competencia en el borde costero.
En paralelo, el debate sobre el proyecto se ha trasladado a instancias nacionales, donde el Consejo de Ministros sigue de cerca la evolución de la tramitación y del marco regulatorio asociado al Archipiélago de Humboldt. La definición de nuevas áreas protegidas, los avances en ordenamiento espacial marino y los compromisos de reducción de emisiones influyen en la forma en que se evalúan proyectos de gran escala como Cruz Grande.
Para las comunidades costeras y los actores del sistema logístico-portuario, el resultado de este proceso será determinante. La eventual aprobación de la concesión marítima consolidaría la construcción de un puerto minero de alto estándar tecnológico en la costa de Coquimbo, mientras que un rechazo obligaría a replantear la estrategia de exportación de hierro en la zona. En ambos casos, la discusión sobre el equilibrio entre desarrollo portuario, protección del Archipiélago de Humboldt y diversificación económica regional continuará marcando la agenda del sector marítimo chileno.
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Fuentes
- Documentos y comunicados de la Compañía Minera del Pacífico (CMP) sobre el proyecto Puerto Cruz Grande y su capacidad para embarcar 13,5 millones de toneladas anuales de mineral de hierro.
- Información de la Comisión Regional de Uso del Borde Costero y medios regionales sobre la tramitación de la concesión marítima para el puerto Cruz Grande y la inversión estimada de US$250 millones.
- Reportes y análisis de organizaciones ambientales y científicas respecto del impacto potencial del puerto Cruz Grande sobre el Archipiélago de Humboldt y la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt.
- Antecedentes públicos de fallos judiciales y resoluciones administrativas que ratifican la vigencia de la Resolución de Calificación Ambiental del proyecto portuario Cruz Grande.






















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