Por redacción Mundo Portuario
La fiscalización eficiente en fronteras, puertos y pasos aduaneros es uno de los pilares de un comercio exterior seguro y transparente. Sin embargo, en varios países de la región, los equipos destinados a esta tarea —especialmente los escáneres de rayos X montados en portales fijos o en camiones móviles— presentan altos niveles de obsolescencia, lo que ha generado una creciente preocupación entre autoridades, operadores logísticos y gremios del comercio.
Los escáneres aduaneros son herramientas clave para detectar mercancías ilegales, contrabando, tráfico de armas, drogas o productos no declarados, sin necesidad de abrir físicamente los contenedores. Su rol es fundamental para agilizar el flujo de carga sin sacrificar los controles de seguridad. Sin embargo, muchos de estos equipos han superado su vida útil o presentan fallas operativas recurrentes, lo que reduce su capacidad de inspección, incrementa los tiempos de revisión y genera congestión en las instalaciones fronterizas.
En algunos pasos internacionales, los portales escáner —estructuras fijas por donde pasan camiones completos— operan con tecnología que data de hace más de una década. La resolución de imagen es limitada, los software no permiten integración con bases de datos modernas y los tiempos de escaneo son considerablemente mayores a los estándares actuales. Esto se traduce en largas esperas, menor cobertura diaria de vehículos y una alta dependencia de inspecciones físicas, que ralentizan aún más el proceso.
En el caso de los camiones escáner móviles, su estado mecánico y técnico en varios puntos de control es precario. Muchos presentan fallas de calibración, requieren constantes reparaciones o incluso quedan fuera de servicio por semanas. Esto obliga a desviar vehículos hacia otros puntos, genera cuellos de botella logísticos y reduce significativamente la capacidad de fiscalización simultánea.
Esta situación no solo afecta la operatividad del sistema aduanero. También genera un efecto dominó sobre la logística de exportación e importación. Transportistas se ven obligados a esperar horas o incluso días para ser revisados, lo que impacta en los tiempos de entrega, incrementa los costos del transporte y compromete la puntualidad en cadenas de suministro que funcionan con cronogramas ajustados. En productos perecibles o con trazabilidad exigente, estas demoras pueden significar pérdidas irreparables.
A nivel de seguridad, la baja disponibilidad de equipos plenamente operativos representa una seria vulnerabilidad. En contextos donde el crimen organizado busca activamente rutas para el tráfico ilícito de mercancías, contar con tecnología ineficiente o intermitente debilita la capacidad de disuasión y reacción del Estado. El control efectivo de los flujos de carga depende, en gran medida, de tener equipos modernos, interoperables y permanentemente operativos.
La necesidad de renovación tecnológica en este ámbito ha sido señalada reiteradamente por distintos actores del sector. No se trata solo de adquirir nuevos escáneres, sino también de asegurar su mantención, calibración periódica, capacitación del personal y conectividad con sistemas digitales de análisis e inteligencia aduanera. En varios países ya se proyectan licitaciones para renovar o ampliar la flota de equipos, pero los plazos y presupuestos limitados siguen siendo un obstáculo.
Mientras tanto, el rezago tecnológico sigue siendo un punto débil en la cadena logística del comercio exterior. Los escáneres obsoletos, lejos de ser solo un problema técnico, se han convertido en un cuello de botella que impacta la seguridad, la eficiencia y la reputación del sistema aduanero en su conjunto.
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