Un piloto en México demuestra el potencial de blockchain para verificar el origen de productos.
Blockchain en aduanas mexicanas (innovación tecnológica)
Blockchain dejó de ser una promesa abstracta para convertirse en un conjunto de casos con resultados medibles en comercio exterior. En México, la conversación se ha movido desde el “qué es” hacia el “cómo se integra” a la Ventanilla Única (VUCEM), a los programas de Operador Económico Autorizado (OEA) y a los sistemas portuarios. Este reportaje examina experiencias reales —como el proyecto regional CADENA para intercambio de datos OEA, las pruebas en el Puerto de Veracruz y las lecciones del cierre de TradeLens— y plantea una hoja de ruta pragmática para la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), los puertos y los usuarios de comercio exterior.
Qué resuelve blockchain en aduanas: dónde aporta y dónde no
En procesos aduaneros, blockchain no sustituye los sistemas transaccionales ni la legislación; agrega una capa de confianza y sincronización sobre fuentes de datos existentes. Su valor aparece cuando múltiples actores necesitan compartir el “mismo estado” de información —por ejemplo, la validez de una certificación OEA, el estatus de inspección o la coincidencia de un manifiesto con una guía aérea— sin depender de una sola base central o de correos y archivos duplicados. En ese entorno, la inmutabilidad y el registro de eventos con sello de tiempo ayudan a reducir disputas, acelerar preliberaciones y simplificar auditorías. Organismos internacionales como la OMA y la OMC han documentado estos impactos en pilotos con aduanas: mayor calidad de datos, transparencia, trazabilidad y targeting más fino, especialmente en contextos de reconocimiento mutuo y seguimiento de cadenas logísticas.
Casos reales vinculados a México: CADENA, Veracruz y las lecciones de TradeLens
CADENA (BID/LACChain). En América Latina, varias administraciones —incluida la mexicana— participan en CADENA, una solución blockchain que comparte información sobre empresas OEA para implementar Acuerdos de Reconocimiento Mutuo (ARM). La lógica es simple: si Aduana A reconoce a un operador certificado en Aduana B, la verificación se hace casi instantánea y con evidencias criptográficas; se reduce papel, baja la variabilidad y se facilita el despacho en destino. Este esquema, que recibió cobertura de la OMA, se ha extendido progresivamente y sirve de base para pensar integraciones con ventanillas únicas y controles conjuntos.
Puerto de Veracruz. Veracruz ha sido laboratorio de digitalización portuaria. Informes académicos y técnicos recogen un proof of concept para un Port Community System sobre blockchain, con el objetivo de mejorar coordinación documental y visibilidad entre actores (terminales, navieras, agentes, autoridades). Más allá de la prueba, lo valioso es la lección de arquitectura: integrar blockchain como “bus de confianza” alrededor de sistemas existentes (TOS, gate, APIs de VUCEM), evitando duplicar funcionalidades.
TradeLens: cierre y aprendizaje. La plataforma blockchain de IBM y Maersk dejó de operar en 2023. El motivo declarado fue la insuficiente colaboración global para alcanzar masa crítica. Para México —y para cualquier ecosistema— la moraleja es concreta: las plataformas que compiten con actores percibidos como “juez y parte” enfrentan barreras de adopción. El enfoque que mejor funciona es el de consorcios neutrales, gobernanza abierta y casos de uso acotados (OEA, e-BL interoperable, trazabilidad de riesgo).
Cómo se conecta con VUCEM, ANAM y la operación diaria

VUCEM es el punto único electrónico de México para trámites de importación, exportación y tránsito. En la práctica, blockchain no reemplaza a VUCEM: lo complementa. ¿Dónde? En los flujos interinstitucionales y transfronterizos (p. ej., reconocimiento mútuo OEA, precalificación sanitaria) y en los eventos logísticos que hoy se confirman por archivos sueltos o correos. Una capa blockchain puede servir para: (i) publicar comprobantes de cumplimiento (hashes) y estados de revisión, (ii) orquestar permisos entre dependencias, y (iii) sincronizar hitos logísticos (arribo, aforo, liberación) con sello de tiempo verificable. La ANAM —creada en 2022— es el actor natural para pilotear estos casos junto con puertos, aeropuertos y aduanas interiores; su rol es fijar gobernanza, estándares y API públicas que no dupliquen la transaccionalidad de VUCEM, sino que la hagan más auditable y portable entre países.
Cuadro comparativo: de procesos opacos a sincronización verificable
El siguiente cuadro contrasta prácticas frecuentes con un esquema apoyado en blockchain. Es una guía operativa, no una receta única: cada flujo deberá evaluarse por costo/beneficio y madurez digital.
Proceso | Situación tradicional | Con capa blockchain | Impacto esperado |
---|---|---|---|
Validación OEA transfronteriza (ARM) | Consulta bilateral por oficio/correo; tiempos variables. | Consulta instantánea a registro compartido (evidencias firmadas). | Menos tiempos de verificación; menor riesgo de falsificación. |
Manifiestos y prearribo | Intercambio por múltiples sistemas y adjuntos. | Un solo log de eventos con sello de tiempo y hash de documentos. | Mejor trazabilidad; auditoría simplificada. |
Libertad de circulación/retención | Estados desalineados entre actores; llamadas y correos. | Estado único consultable por permisos (ANAM, terminal, agencia). | Menos re-trabajos y detenciones por información desfasada. |
Integridad documental (e.g., e-BL, certificados) | Repositorios separados; difícil verificar última versión. | Huellas criptográficas verificables + referencia al repositorio fuente. | Reducción de disputas; mayor confianza en la versión “vigente”. |
Analítica y targeting | Datos tardíos/heterogéneos para perfiles de riesgo. | Eventos normalizados y oportunos para machine learning. | Mejor asignación de aforos y recursos. |
Ejemplos alineados con prácticas internacionales
OEA y ARM con confianza compartida. La región ya probó que compartir estatus OEA en una cadena de bloques acelera verificaciones. Para México, escalar ese marco a controles sanitarios y a interoperabilidad de permisos con socios priorizados (p. ej., Alianza del Pacífico, Centroamérica) permitiría liberar cargas con menor variabilidad sin sacrificar control.
PCS con “bus de confianza”. La prueba de concepto en Veracruz mostró que el diseño correcto no replica TOS/gate ni duplica VUCEM: coloca blockchain donde hay dolor de multiactor. Un PCS moderno puede usar blockchain para evidencias y estados, manteniendo los datos operativos en sistemas fuente y exponiendo APIs con control de permisos.
Lecciones del cierre de TradeLens. La gobernanza importa. Una plataforma percibida como controlada por un jugador dominante enfrenta reticencias. La vía práctica son consorcios neutrales, estándares abiertos (e-BL interoperable), y casuísticas modulares con “éxitos rápidos”.
Hoja de ruta sugerida (12–24 meses)
1) Gobierno de datos y estándares. Inventariar eventos críticos por flujo (marítimo, aéreo, carretero) y mapear qué se audita hoy en VUCEM, qué viaja por correo y qué se repite. Publicar un playbook de API y roles: quién firma qué, dónde se guarda el dato original y qué hash se publica. 2) Piloto OEA-ARM ampliado. Extender CADENA al intercambio de “flags de riesgo” de bajo detalle (no PII) y a verificaciones de certificados específicos donde exista acuerdo bilateral. 3) Piloto PCS en puerto/anillo seco. Reabrir un piloto en Veracruz o en otro nodo con alta densidad documental, integrando a terminales, agentes, almacenistas y ANAM, con metas de reducción de tiempos de verificación y de discrepancias.
4) e-BL interoperable. Priorizar un corredor con navieras que ya operen conocimiento de embarque electrónico (e-BL) y conectarlo a la trazabilidad aduanera (solo huella + enlace, nunca datos sensibles en cadena pública). 5) Métricas y auditoría. Definir KPI antes de empezar (p. ej., % de verificaciones OEA automatizadas, discrepancias documentales por 100 DUAs, tiempo entre prearribo y decisión de canal). Publicar resultados y cerrar el ciclo con regulación ligera: lineamientos técnicos que la industria pueda adoptar sin exigir una plataforma única.
Riesgos, límites y cómo mitigarlos
Privacidad y sensibilidad de datos. Las cadenas públicas no son el lugar para poner datos comerciales o personales; lo que se publica son huellas y estados. Las pruebas deben nacer con análisis de impacto de privacidad y con modelos de permisos por rol. Escalabilidad y costos. Usar blockchain para lo que resuelve —confianza y sincronización— y no para lo que ya resuelve bien una base de datos clásica. Adopción. Evitar diseños que obliguen a que “todos” entren el día uno; empezar por núcleos con alto dolor y alto beneficio medible. Gobernanza. Custodia neutral, estándares abiertos y participación real de autoridad, terminales, agentes y usuarios.
¿Qué ganan las pymes y los operadores del día a día?
Para el agente aduanal o el transportista, el beneficio no está en la palabra “blockchain”, sino en menos correos con versiones distintas, menos rechazos por verificación lenta y menos llamadas para confirmar estados. Un diseño correcto se siente como: “entro a mi sistema y veo el mismo estatus que ve la autoridad y la terminal”. Las pymes —que suelen perder más por tiempos muertos— son las que más ganan cuando se baja la variabilidad y se reduce la incertidumbre documental.
En conclusión, México ya cuenta con las piezas: una VUCEM consolidada, una autoridad aduanera especializada, puertos que han probado arquitecturas modernas y casos regionales que funcionan. La agenda ahora es de ejecución: pilotos con gobernanza neutral, métricas claras y foco en sincronizar datos entre actores. Con ese enfoque, blockchain deja de ser un “experimento” y se convierte en una ventaja competitiva para liberar cargas con mayor previsibilidad, reducir disputas y elevar la confianza del ecosistema logístico.
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