Aranceles al cobre: impacto de las nuevas políticas de EE. UU. y China en Chile
EE. UU. activó aranceles extraordinarios al cobre y sus derivados bajo Sección 232 por motivos de seguridad nacional, y China respondió política y diplomáticamente. Para Chile —primer productor mundial— el giro regula precios, flujos comerciales y decisiones de inversión hacia 2030.
¿Qué cambió en 2025?
Desde el 1 de agosto de 2025 rige en EE. UU. un arancel de 50% a productos de cobre semiacabados y derivados intensivos, con un esquema adicional para refinado a partir de 2027–2028, según la proclamación presidencial emitida el 30 de julio de 2025.
China rechazó públicamente la medida, calificándola de proteccionista y sin ganadores, y defendió no “politizar” el comercio.
Dependencia comercial de Chile: quién compra y cuánto
En 2024, el cobre representó cerca del 50% de las exportaciones totales de Chile; del destino por mercado, aproximadamente 52% fue a China y 11% a EE. UU. (refinado y manufacturas principales).
Efectos de corto plazo
- Prima/Descuento por destino: ventas a EE. UU. de productos semiacabados y derivados intensivos tenderán a encarecerse por el arancel; parte del flujo se desvía hacia Asia y otros mercados, presionando descuentos comerciales y fletes en esas rutas.
- Reasignación contractual: mineras y traders chilenos ajustan mix: mayor proporción a Asia (China, Japón, India, Corea) y contratos “take-or-pay” con flexibilidad logística. Datos de 2025 muestran ya ajustes en volúmenes hacia China y variaciones mensuales.
- Hedging y volatilidad: spreads entre refinado y semis se amplían; cobertura con futuros/LME se vuelve más activa ante riesgo regulatorio estadounidense.
Mediano plazo: inversión, fundiciones y “friend-shoring”
La narrativa 232 busca relocalizar parte de la cadena de valor (semis/derivados) en EE. UU., apuntando a independencia frente al dominio de refinación asiática. Para Chile, dos vectores: (1) capacidad de fundición/refinación regional para capturar mayor valor en origen; (2) alianzas industriales con Norteamérica y Europa para proyectos “friend-shoring” ligados a transición energética.

Geopolítica: ¿a quién favorecen los aranceles?
Aunque la medida se dirige contra la primacía asiática en smelting, el impacto sobre China en el canal EE. UU. parece acotado (baja participación china en importaciones estadounidenses de refinado/semis frente a otros orígenes), por lo que el efecto principal es reordenar cadenas y márgenes, más que “cortar” a China.
Chile ha advertido a Washington que penalizar el cobre podría ser contraproducente para su propia seguridad de suministro, dado el peso chileno en la oferta mundial.
Impacto operativo para Chile: checklist empresarial
- Revisar HTS/partidas afectadas por 232 (semis y derivados intensivos) y modelar escenarios con 50% de sobrecosto, preferentemente por cliente.
- Renegociar INCOTERMS y cláusulas de change in law para ventas a EE. UU.; activar cláusulas de pass-through de aranceles cuando sea viable.
- Diversificar destinos priorizando Asia (China/Japón/India/Corea) y NAFTA+UE para evitar concentración de riesgo regulatorio.
- Optimizar mix producto: privilegiar cátodos/refinado no alcanzados inmediatamente o con menor elasticidad arancelaria, y evaluar downstream en Chile/LatAm.
¿Qué mirar en 2025–2027?
- Reglamentación fina de las subpartidas afectadas y exenciones temporales en EE. UU. (caso por caso para industrias críticas).
- Respuesta china: medidas espejo, cupos y políticas industriales que afecten primas de tratamiento/refinación (TC/RC) y demanda de concentrados.
- Flujos de Codelco y privados hacia Norteamérica/Asia y informes de resultados que revelen elasticidad de márgenes.
Los aranceles 232 al cobre en EE. UU. alteran precios relativos, destinos y calendarios de inversión. Para Chile, la estrategia ganadora combina diversificación de mercados, más valor en origen y diplomacia económica para resguardar el acceso a socios claves —sin perder el liderazgo en la transición energética global.

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