Advertisement

Alianzas navieras 2.0: qué rutas llegarán a la costa chilena

Alianzas navieras 2.0: qué rutas llegarán a la costa chilena

El tablero marítimo global está cambiando. Nuevas alianzas entre navieras reconfiguran las rutas hacia Sudamérica, y Chile se prepara para recibir servicios que marcarán el pulso del comercio exterior en la próxima década.

El nuevo contexto de las alianzas navieras

Las navieras globales han enfrentado años de disrupciones: pandemia, guerras comerciales, congestión en puertos y crisis geopolíticas. Hoy, en plena fase de recuperación y transformación digital, las compañías están dando paso a una versión 2.0 de las alianzas estratégicas. Estas alianzas buscan optimizar costos, asegurar capacidad, y garantizar un mejor servicio a los cargadores, especialmente en rutas críticas como Asia-Pacífico y Atlántico-Este, donde Sudamérica comienza a tener un protagonismo mayor.

¿Qué significa “2.0” en las alianzas navieras?

El concepto “2.0” se refiere a un cambio en la naturaleza de los acuerdos. Ya no se trata únicamente de compartir slots (espacios en barcos) o escalar puertos comunes. La tendencia es hacia modelos más integrados que incluyen:

  • Uso compartido de data en tiempo real para optimizar flotas.
  • Sincronización digital entre terminales y navieras para reducir tiempos de espera.
  • Inversiones conjuntas en hubs estratégicos de la región.
  • Servicios directos en rutas antes dependientes de transbordos en Panamá o México.

Chile en el mapa de las nuevas rutas

En la actualidad, gran parte de la carga que llega a Chile desde Asia pasa por escalas en Panamá o en el puerto mexicano de Manzanillo. Sin embargo, los planes de las nuevas alianzas contemplan servicios directos desde puertos chinos como Shanghái, Ningbo y Shenzhen hacia la costa pacífica sudamericana. Este cambio reducirá tiempos de tránsito hasta en 7 días y permitirá una mayor estabilidad de tarifas.

Nuevas rutas proyectadas conectarán Asia y la costa chilena con mayor frecuencia y menos transbordos.

Puertos chilenos clave en la nueva etapa

El rediseño de las rutas abre una competencia interna entre terminales chilenos. Los principales beneficiados serían:

Puerto de San Antonio

Con su proyecto de Puerto Exterior, San Antonio apunta a ser el principal hub de entrada de mercancías en Chile. Su calado, infraestructura y cercanía a Santiago lo convierten en el nodo natural para recibir servicios directos desde Asia.

Puerto de Valparaíso

Aunque enfrenta limitaciones de espacio, Valparaíso podría reforzar su rol en cargas de alto valor y comercio con la costa oeste de Estados Unidos, gracias a su conectividad terrestre.

Puertos del norte (Iquique, Antofagasta, Mejillones)

Estos puertos serán fundamentales para el comercio de minerales y productos asociados a la transición energética. Una mayor presencia de navieras globales permitiría exportar con menor dependencia de hubs extranjeros.

Impacto en exportadores e importadores

Para los exportadores chilenos de fruta, vino, salmón y litio, contar con más rutas directas significa reducir costos logísticos y ganar frescura en mercados clave como China, Corea del Sur y Japón. Para los importadores, especialmente de insumos industriales y productos tecnológicos, la reducción de tiempos de tránsito implicará cadenas de suministro más ágiles y resilientes.

Las alianzas más influyentes en 2026-2030

Actualmente, destacan tres grandes bloques de navieras que podrían fortalecer su presencia en la región:

  • 2M Alliance (Maersk – MSC): aunque anunciaron cambios, mantienen gran parte de sus sinergias y evalúan rutas directas al Pacífico sur.
  • Ocean Alliance (CMA CGM, COSCO, Evergreen): con fuerte presencia asiática, es el bloque con mayor probabilidad de expandirse hacia Chile.
  • The Alliance (Hapag-Lloyd, ONE, Yang Ming): podría abrir nuevas escalas en el cono sur, aprovechando la expansión portuaria chilena.

Desafíos para Chile

No todo es positivo. Para captar estas nuevas rutas, Chile enfrenta retos importantes:

  • Modernización de infraestructura ferroviaria y carretera para mover carga desde los puertos hacia el interior.
  • Adopción de tecnologías de trazabilidad y despacho electrónico aduanero.
  • Competencia con puertos vecinos como Callao (Perú) y Chancay, que también buscan ser hubs regionales.

Perspectiva prospectiva

Entre 2026 y 2030 veremos una transformación en la conectividad marítima de Chile. Las alianzas navieras 2.0 traerán rutas más directas, barcos de mayor tamaño y servicios más estables. Esto no solo impactará el comercio exterior, sino también la competitividad interna del país, que deberá responder con infraestructura moderna y políticas de logística integradas.

Si Chile logra posicionarse como un destino estratégico de las nuevas alianzas, los beneficios se reflejarán en menores costos logísticos, mayor acceso a mercados y un rol más influyente en el comercio global del Pacífico.

Loading

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Preferencias de cookies