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Los acuerdos comerciales que moverán la aguja 2025–2026 para Chile

Los acuerdos comerciales que moverán la aguja 2025–2026 para Chile

En los próximos dos años, Chile entrará en una etapa clave de negociación y actualización de acuerdos comerciales. Con una red de tratados que ya cubre a más del 85% del PIB mundial, el desafío no es solo firmar más pactos, sino garantizar que estos efectivamente “muevan la aguja” en términos de acceso a mercados, inversión y competitividad.

Chile: un país abierto al mundo

Desde los años 90, Chile ha sido pionero en la apertura comercial. Su política de tratados bilaterales y multilaterales lo posicionó como un hub latinoamericano para el comercio global. Actualmente, cuenta con 30 acuerdos comerciales vigentes que incluyen a Estados Unidos, China, la Unión Europea y gran parte de Asia-Pacífico.

Sin embargo, la dinámica del comercio internacional está cambiando. El auge de nuevas tecnologías, la transición energética y la creciente competencia en el Pacífico obligan a Chile a modernizar sus tratados y aprovecharlos con una estrategia más activa.

El TPP11 y la integración Asia-Pacífico

El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11) fue una de las incorporaciones más relevantes de los últimos años. Entró en vigor para Chile en 2023 y abre puertas a mercados como Japón, Vietnam, Canadá y México bajo reglas modernas de comercio digital, propiedad intelectual y estándares laborales.

El desafío hacia 2025–2026 será consolidar su implementación, resolver controversias internas y generar mecanismos de apoyo para que las pymes puedan acceder efectivamente a los beneficios. El riesgo es que quede como un acuerdo subutilizado si no se acompaña de infraestructura y promoción comercial.

Unión Europea: modernización del acuerdo

El acuerdo con la Unión Europea se firmó originalmente en 2002 y fue modernizado en 2023. La nueva versión amplía el acceso en áreas agrícolas, de servicios e inversiones, además de incluir cláusulas de sustentabilidad y compromisos medioambientales.

Para Chile, este acuerdo representa la posibilidad de diversificar exportaciones más allá del cobre y el litio, consolidando nichos en agroindustria, energías renovables y servicios tecnológicos. La ratificación y puesta en marcha plena entre 2025 y 2026 será un paso crucial.

Estados Unidos: un socio que exige actualización

El Tratado de Libre Comercio entre Chile y Estados Unidos cumple más de 20 años. Si bien fue uno de los más influyentes, hoy enfrenta críticas por estar desactualizado en materias como comercio electrónico, energías limpias y regulaciones laborales.

Expertos plantean que entre 2025 y 2026 podría abrirse una ventana de renegociación o actualización parcial, en un contexto donde Washington busca reforzar sus cadenas de suministro frente a China. Para Chile, este sería un punto decisivo en la relación bilateral.

Mercosur y la mirada regional

Como miembro asociado del Mercosur, Chile ha mantenido una posición flexible, pero en los próximos años podría ser clave avanzar hacia una integración más profunda. Con Brasil y Argentina como principales socios comerciales en Sudamérica, la coordinación en infraestructura, logística y normas técnicas puede fortalecer la competitividad regional.

No obstante, la volatilidad política en los países vecinos y las tensiones en torno a subsidios agrícolas podrían limitar los avances.

Acuerdos verdes y digitales

Más allá de los tratados tradicionales, Chile explora acuerdos verdes y digitales que respondan a nuevas tendencias globales. Estos incluyen compromisos de descarbonización, certificaciones ambientales y reglas para el comercio electrónico y la inteligencia artificial.

Entre 2025 y 2026, se espera que Chile avance en pactos con Asia y Europa para posicionarse como un proveedor confiable de energía limpia, incluyendo hidrógeno verde, cobre bajo en carbono y litio certificado.

Impacto en la logística y los puertos

Cada nuevo acuerdo comercial no solo abre mercados, sino que también plantea exigencias logísticas. Los puertos chilenos, como San Antonio, Valparaíso y el futuro megapuerto de Chancay en Perú como competencia cercana, deberán adaptarse a mayores volúmenes de carga, estándares de trazabilidad digital y procesos aduaneros más ágiles.

Esto refuerza la necesidad de corredores bioceánicos y zonas logísticas 4.0 que integren la infraestructura a la realidad de un comercio exterior más exigente.

Los desafíos de la implementación

Firmar acuerdos es solo la primera etapa. El verdadero desafío para Chile será que sus exportadores —en especial las pymes— puedan aprovecharlos efectivamente. Esto implica capacitación, financiamiento, innovación tecnológica y acompañamiento institucional.

Sin estos elementos, los tratados corren el riesgo de beneficiar solo a grandes exportadores, profundizando brechas en lugar de generar un desarrollo equilibrado.

2025–2026: un bienio decisivo

Los próximos dos años serán determinantes para la política comercial de Chile. Consolidar el TPP11, modernizar el acuerdo con la Unión Europea, revisar el tratado con Estados Unidos, y definir su rol en Mercosur y en acuerdos verdes marcarán la agenda.

La gran pregunta es si Chile podrá pasar de ser un país “abierto en el papel” a convertirse en un país que aprovecha de manera plena y estratégica su red de acuerdos. El resultado dependerá tanto de la voluntad política como de la capacidad del sector privado para innovar y adaptarse.

Lejos de ser un simple calendario diplomático, los acuerdos comerciales de 2025–2026 definirán cómo Chile se inserta en las cadenas globales de valor en un mundo en transición energética y digital. Allí se juega buena parte de su competitividad futura.

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