Ruta Chancay–Shanghái supera los 5.000 millones de yuanes y consolida nuevo eje de comercio Asia–Pacífico

El corredor marítimo entre el megapuerto peruano de Chancay y el puerto chino de Shanghái ya movió más de 650 millones de dólares en un año, reforzando el rol de Sudamérica en las cadenas de valor asiáticas.

Ruta Chancay–Shanghái supera los 5.000 millones de yuanes y consolida nuevo eje de comercio Asia–Pacífico

La ruta marítima Chancay–Shanghái superó los 5.000 millones de yuanes en valor de carga en menos de un año de operación, confirmando al megapuerto de Chancay como nuevo pivote logístico entre Sudamérica y Asia y reforzando el papel de Shanghái como gran puerta de entrada para los bienes latinoamericanos al mercado chino.

Un corredor marítimo que acorta distancias en el Pacífico

Desde su puesta en marcha a finales de 2024, la ruta directa entre Chancay y Shanghái se ha convertido en uno de los corredores más dinámicos del comercio transpacífico. El enlace conecta de forma regular el litoral central del Perú con el principal hub portuario de China, permitiendo que mercancías agrícolas, minerales, productos industriales y vehículos circulen sin transbordos intermedios en otros puertos de la región. Este diseño de corredor directo reduce riesgos operativos, simplifica la cadena documental y mejora la trazabilidad para exportadores e importadores de todo el eje Asia–Pacífico.

La reducción de tiempos es uno de los hitos más mencionados por autoridades y operadores logísticos. El trayecto que antes podía tomar entre 35 y 40 días mediante servicios con escalas y cambios de ruta hoy se completa en alrededor de 23 días entre Perú y China. Esta caída en los días de tránsito se traduce en menores costos de inventario, menos exposición a demoras en puertos intermedios y una mayor competitividad para la carga sudamericana frente a otros orígenes que también buscan espacio en los mercados asiáticos.

Comercio por más de 5.000 millones de yuanes en menos de un año

De acuerdo con los datos divulgados por la Aduana de Shanghái, el valor acumulado de las importaciones y exportaciones movilizadas por la ruta Chancay–Shanghái superó recientemente los 5.000 millones de yuanes, equivalente a más de 700 millones de dólares, con un volumen que bordea las 197.000 toneladas de mercancías. En términos logísticos, estas cifras confirman que el corredor se ha consolidado como un canal estable para flujos de carga de ida y vuelta entre China y el Pacífico sudamericano.

Este desempeño se refleja también en las estadísticas de comercio exterior. Durante los primeros diez meses del año, el intercambio entre Shanghái y Perú registró un crecimiento interanual cercano al 47 %, impulsado en buena medida por el uso intensivo de esta nueva conexión directa. La combinación de un tiempo de tránsito más corto, una reducción de costos logísticos superior al 20 % y una oferta de servicios regulares ha permitido que más exportadores peruanos, y de países vecinos que empiezan a canalizar su carga por Chancay, utilicen esta vía para llegar a los mercados chinos con mayor previsibilidad.

Inspección de arándanos peruanos en la Aduana de Shanghái

Funcionarios de aduanas inspeccionan arándanos peruanos llegados a China por la ruta Chancay–Shanghái, símbolo del auge agroexportador hacia el mercado asiático.

El corredor se ha convertido así en un instrumento clave para que Perú y otros países de la región ganen presencia en un mercado que demanda cada vez más alimentos frescos, minerales estratégicos y productos industriales. Buena parte del valor movilizado corresponde a exportaciones de cobre, hierro y otros recursos mineros, pero el crecimiento más visible se observa en la agroindustria, especialmente en frutas como arándanos, aguacates y uvas, que requieren tiempos de tránsito más cortos y un manejo logístico de cadena de frío más exigente.

Chancay, megapuerto verde e inteligente del Pacífico Sur

El Puerto de Chancay, ubicado unos 80 kilómetros al norte de Lima, se diseñó desde su origen como un megapuerto verde e inteligente, con infraestructura capaz de recibir a los mayores portacontenedores del mundo. La terminal de contenedores, desarrollada por COSCO Shipping Ports y socios peruanos, dispone de cuatro sitios de atraque en su primera fase —dos para contenedores y dos multipropósito— y una capacidad inicial que bordea el millón de TEU anuales, con espacio para ampliaciones futuras orientadas a triplicar ese volumen.

La conexión del muelle con el interior del país se apoya en un túnel de casi dos kilómetros hacia la Panamericana y en un complejo logístico diseñado para integrar zonas de almacenamiento, servicios aduaneros y plataformas de distribución. El puerto opera con grúas automatizadas, camiones eléctricos y sistemas de gestión en tiempo real, elementos que reducen el consumo energético y las emisiones, y que lo posicionan como uno de los enclaves más avanzados de la costa pacífica sudamericana. Esta combinación de tecnología, profundidad natural y capacidad de expansión explica por qué diferentes cadenas logísticas miran a Chancay como futuro hub para la carga de la región hacia Asia.

Impacto para la agroindustria y la carga de alto valor en la región

Uno de los segmentos que más se ha beneficiado de la ruta Chancay–Shanghái es la exportación de productos perecederos desde Perú y países vecinos. Las autoridades chinas han habilitado un canal verde en el puerto de Yangshan para agilizar la inspección y el despacho de frutas frescas, lo que permite mantener la cadena de frío y reducir mermas. Gracias a estos procedimientos, embarques de arándanos, aguacates y otros productos de alto valor han logrado llegar a góndola en menos tiempo, capturando mejores precios y reforzando la presencia de la oferta latinoamericana en supermercados y plataformas de e-commerce en China.

El impacto se extiende también a la industria automotriz y de bienes de consumo, con el envío de vehículos y manufacturas chinas hacia el mercado sudamericano utilizando el mismo corredor. De este modo, la ruta deja de ser solo un canal exportador para convertirse en un corredor bidireccional que integra flujos de importación y exportación, y que facilita el desarrollo de servicios logísticos de valor agregado, como centros de consolidación, cross-docking y distribución regional desde el entorno del megapuerto peruano.

Ceremonia de inauguración del megapuerto de Chancay con buques de gran porte

Ceremonia de inauguración del megapuerto de Chancay, con buques de gran porte atracados en la terminal, que marca el inicio de una nueva etapa en el comercio entre Sudamérica y Asia.

La consolidación de Chancay como hub regional ya se refleja en nuevas rutas que combinan puertos de países vecinos con el terminal peruano antes de cruzar el Pacífico hacia China. Iniciativas como los servicios que conectan Guayaquil, Chancay y Shanghái o los planes para integrar futuras conexiones ferroviarias hacia Brasil y el Atlántico amplían el hinterland del puerto y permiten proyectar a más largo plazo un corredor logístico que articula la cuenca del Pacífico sudamericano con los principales polos industriales del este de Asia.

Un nuevo eje Asia–Pacífico para Sudamérica

La superación del umbral de 5.000 millones de yuanes en la ruta Chancay–Shanghái simboliza un cambio de escala en la relación económica entre China y Sudamérica. Más allá de las cifras, el corredor consolida un nuevo eje Asia–Pacífico en el que el megapuerto peruano se posiciona como punto de concentración de carga para varios países de la región, mientras que Shanghái refuerza su condición de nodo global capaz de redistribuir mercancías hacia otros mercados del norte de Asia y del interior de China.

En un contexto marcado por la competencia entre terminales del Pacífico y por las tensiones geopolíticas en las cadenas de suministro, el desempeño del corredor Chancay–Shanghái será observado de cerca por exportadores, navieras y autoridades portuarias de toda la región. Su evolución ayudará a definir cómo se reordenan las rutas de larga distancia, qué puertos capturan mayor participación en el tráfico de contenedores y de carga a granel, y de qué manera se integran los países sudamericanos a las grandes redes logísticas que estructuran el comercio del Asia–Pacífico.

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