Rusia denuncia como “indignante” ataque ucraniano contra terminal petrolero del consorcio CPC

Un dron impactó infraestructura del oleoducto del Caspio que exporta crudo de Kazajistán vía el mar Negro, elevando el riesgo sobre rutas energéticas clave para Europa.

Rusia calificó como “indignante” el ataque ucraniano con drones navales contra el terminal petrolero del consorcio Caspian Pipeline Consortium (CPC) en el mar Negro, infraestructura que maneja más de 1 % del suministro mundial de crudo y más del 80 % de las exportaciones de Kazajistán. El incidente, ocurrido frente al puerto ruso de Novorossiysk, reabrió el debate sobre la seguridad de las rutas energéticas en la región y elevó la tensión en torno al uso de la logística marítima como objetivo militar en la guerra.

Ataque con drones navales contra un nodo clave del mar Negro

El ataque ucraniano se produjo durante el último fin de semana de noviembre contra la terminal marítima del Caspian Pipeline Consortium, ubicada en Yuzhnaya Ozereevka, cerca del puerto ruso de Novorossiysk, en el mar Negro. De acuerdo con la información difundida por el propio consorcio y recogida por autoridades rusas, al menos uno de los tres puntos de amarre de la instalación, el Single Point Mooring 2 (SPM-2), sufrió daños significativos tras el impacto de embarcaciones no tripuladas dirigidas contra la infraestructura offshore.

El terminal del CPC funciona como punto final del oleoducto Tengiz-Novorossiysk, de más de 1.500 kilómetros de longitud, que transporta crudo desde grandes yacimientos en Kazajistán y desde campos rusos de la región del Caspio. En condiciones normales, este corredor energético mueve alrededor de 1,2 millones de barriles diarios, volumen que representa en torno al 1 % de la oferta global de petróleo y que lo convierte en uno de los ejes estratégicos del comercio energético euroasiático.

Un consorcio internacional que mueve la mayor parte del crudo kazajo

El consorcio CPC es una sociedad mixta en la que participan los gobiernos de Rusia y Kazajistán junto a grandes compañías petroleras internacionales. Entre sus accionistas figuran, entre otros, Transneft, KazMunayGas, Chevron, ExxonMobil, Eni, Shell y otras empresas vinculadas al desarrollo de los megacampos de Tengiz, Kashagan y Karachaganak. Esta estructura accionaria explica que la infraestructura sea catalogada como un activo de importancia internacional y no solo como una instalación estratégica rusa.

Según datos del propio consorcio, más del 80 % de las exportaciones de petróleo kazajo salen al mercado a través de esta ruta, lo que permite canalizar crudo del Caspio hacia refinerías y hubs de consumo en el Mediterráneo y Europa. El terminal cuenta con un parque de tanques de almacenamiento y tres boyas de amarre de carga en mar abierto que permiten operar con grandes petroleros alejados de la costa, reduciendo riesgos de contaminación y mejorando la eficiencia de las maniobras de atraque y desatraque.

Vista aérea de las instalaciones del terminal marino del consorcio CPC cerca de Novorossiysk
Instalaciones del terminal marino del consorcio CPC en Yuzhnaya Ozereevka, cerca de Novorossiysk, uno de los principales puntos de salida del crudo kazajo hacia el mar Negro.

Moscú tilda de “indignante” el ataque y critica los golpes a la infraestructura energética

Tras conocerse el ataque, el Kremlin denunció el hecho como “indignante” y lo vinculó a una estrategia ucraniana de presión económica sobre Rusia. El portavoz presidencial, Dmitri Peskov, afirmó que se trata de un ataque contra una infraestructura crítica que no solo afecta a Rusia, sino también a Kazajistán y a compañías occidentales que participan en el consorcio. A su juicio, golpear un terminal petrolero de carácter internacional cruza una línea de riesgo al poner en juego un flujo de crudo que abastece a múltiples mercados.

En sus declaraciones, Peskov también criticó otros ataques ucranianos con drones navales contra petroleros en el mar Negro, que Moscú presenta como parte de una misma campaña orientada a interrumpir la logística energética. Las autoridades rusas insisten en que estos golpes suponen una amenaza para la navegación comercial, incluidos los intereses de países del entorno como Turquía, cuyos buques y puertos forman parte de las rutas por donde se moviliza el crudo del CPC.

Kazajistán protesta y evalúa desvíos de exportaciones

El gobierno de Kazajistán también se pronunció con dureza frente al ataque ucraniano contra el terminal petrolero del consorcio CPC. La cancillería kazaja calificó el hecho como una amenaza a una instalación “exclusivamente civil” y un riesgo para la seguridad energética de su propio país, que depende en gran medida de este corredor para colocar crudo en los mercados internacionales. La nota diplomática enviada a Kiev advierte que los golpes contra el consorcio dañan la relación bilateral entre ambos Estados.

En paralelo, las autoridades energéticas kazajas trabajan en el refuerzo de rutas alternativas para asegurar la salida de parte de su producción, incrementando los volúmenes despachados por el oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan y evaluando el uso de otros corredores por puertos rusos del Báltico y del mar Negro. Estos desvíos, sin embargo, implican mayores costos logísticos y limitaciones de capacidad, por lo que la prioridad de Astaná es que el terminal del CPC recupere cuanto antes su plena operatividad.

Buques petroleros y muelles del puerto de Novorossiysk, en la costa rusa del mar Negro
Muelle petrolero y buques tanques en la bahía de Novorossiysk, puerto ruso del mar Negro utilizado por el consorcio CPC para sus exportaciones de crudo.

Operación reducida en el terminal y reparaciones aceleradas

Tras el ataque, el consorcio suspendió temporalmente las operaciones en el terminal para evaluar daños y retirar a los petroleros hacia zonas de espera seguras. Los primeros reportes indican que el SPM-2 quedó seriamente afectado y que su reparación podría tomar varios meses, mientras que el SPM-3 ya se encontraba en mantenimiento programado desde noviembre. En un escenario de vulnerabilidad, la prioridad del operador fue reanudar la actividad usando el único punto de amarre operativo, el SPM-1, lo que permitió restaurar parcialmente las exportaciones.

Fuentes del sector señalan que, tras una pausa inicial, el flujo de crudo se restableció a algo más de la mitad de la capacidad habitual del terminal, mientras los equipos técnicos aceleran la finalización de los trabajos en el SPM-3 para devolver la planta a niveles cercanos a su máxima capacidad. La compañía Tengizchevroil, principal cargador de crudo kazajo y participada por Chevron, informó que sus operaciones de embarque en Novorossiysk continuaron, aunque bajo un esquema de programación ajustado y en estrecha coordinación con el consorcio.

Parte de una campaña más amplia contra la infraestructura energética rusa

El ataque contra el terminal petrolero del consorcio CPC se suma a una serie de golpes ucranianos contra refinerías, depósitos y oleoductos en territorio ruso registrados desde inicios de 2025. Informes de agencias energéticas estiman que, a consecuencia de estas acciones, la capacidad de refinación rusa llegó a reducirse en torno a 15 %-17 % durante algunos meses del año, generando tensiones de abastecimiento interno y obligando a Moscú a ajustar su oferta de combustibles en distintos mercados.

Kiev argumenta que estos ataques tienen un objetivo militar y económico: disminuir los ingresos que Rusia obtiene por exportación de hidrocarburos y limitar su capacidad para financiar la campaña bélica. Para Ucrania, la infraestructura petrolera rusa y los buques que transportan crudo ligado a la economía de guerra se consideran objetivos legítimos. Moscú, en cambio, califica estas operaciones como “terrorismo” y sostiene que ponen en riesgo a terceros países y a la navegación comercial en el mar Negro.

Impacto geopolítico y logístico para los puertos y rutas del mar Negro

El episodio en Novorossiysk introduce un nuevo factor de incertidumbre para los puertos y operadores de la cuenca del mar Negro. La zona ya estaba bajo tensión por las restricciones y amenazas cruzadas en torno a los corredores cerealeros y por los riesgos asociados a la llamada “flota en la sombra” que transporta petróleo ruso bajo banderas de conveniencia. El hecho de que un terminal petrolero que canaliza crudo de varios países haya sido alcanzado por drones navales refuerza las preocupaciones sobre la seguridad de las rutas energéticas que conectan el Caspio, el mar Negro y el Mediterráneo.

Las navieras, aseguradoras y operadores de terminales observan con atención la frecuencia y alcance de estos ataques, que pueden traducirse en mayores primas de seguro, ajustes de rutas y nuevas exigencias de protección para buques y terminales. Para países como Kazajistán, que dependen de la salida por Novorossiysk para monetizar su producción petrolera, la estabilidad del consorcio CPC es un elemento central de su estrategia energética. La evolución de las reparaciones en el terminal y las decisiones que tomen las partes involucradas en torno a la seguridad de la infraestructura serán clave para el equilibrio del mercado de crudo en los próximos meses.

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Fuentes
  • Comunicados y datos técnicos del consorcio Caspian Pipeline Consortium (CPC) sobre el oleoducto Tengiz-Novorossiysk y su terminal marítimo.
  • Declaraciones del Kremlin y del portavoz Dmitri Peskov sobre el ataque ucraniano al terminal petrolero del CPC y su carácter “indignante”.
  • Informes de agencias energéticas y medios internacionales sobre la capacidad del CPC, su participación en el suministro mundial de crudo y el peso en las exportaciones de Kazajistán.
  • Reportes de gobiernos y autoridades kazajas respecto a las consecuencias del ataque, las protestas diplomáticas y el desvío de volúmenes por rutas alternativas.
  • Registros recientes de ataques ucranianos contra refinerías, oleoductos y terminales petroleros rusos, y análisis sobre su impacto en la logística energética y el mercado de crudo.

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