Las firmas exportadoras activas superan las 8 mil y aumentan 18,6% interanual, impulsando la diversificación de envíos.
La base exportadora nacional marca un hito al alcanzar 8.062 empresas en 2025, de las cuales el 63% corresponde a pequeñas y medianas empresas (pymes). El registro consolida una tendencia de mayor participación de firmas de menor tamaño en los envíos, apoyada por la digitalización de procesos, la diversificación de destinos y una agenda público-privada orientada a la internacionalización.
El dato de 2025 distingue un mayor protagonismo de las pymes en la canasta exportadora, en un contexto de recuperación de volúmenes, normalización paulatina de cadenas logísticas y mayor adopción de herramientas digitales de comercio exterior. La cifra se observa en línea con la política de inserción internacional de Chile, que combina una amplia red de acuerdos comerciales con iniciativas de apoyo a la internacionalización y programas sectoriales.
Cifra récord y composición por tamaño de empresa
Del total de 8.062 empresas exportadoras registradas en 2025, el 63% corresponde a pymes, equivalente a 5.079 firmas, mientras que el 37% restante corresponde a empresas de mayor tamaño, con 2.983 firmas. La expansión de la base exportadora sugiere que más compañías han logrado escalar sus procesos de venta internacional, incorporándose a nuevos destinos y canales comerciales.
| Segmento | Empresas | Participación |
|---|---|---|
| Pymes | 5.079 | 63% |
| No pymes | 2.983 | 37% |
| Total | 8.062 | 100% |
Diversificación de destinos y adopción de canales digitales
La ampliación de la base exportadora ha sido acompañada por un mayor uso de plataformas digitales para promoción, prospección y gestión documental, facilitando a las pymes el acceso a compradores, ferias y ruedas virtuales. Paralelamente, las mejoras en trazabilidad, certificaciones y comercio electrónico transfronterizo han permitido a más empresas cumplir con exigencias regulatorias y estándares técnicos en mercados de alto valor.
La articulación público-privada ha sido clave para la transición hacia procesos más eficientes: ventanillas electrónicas, interoperabilidad de sistemas y mayor asistencia técnica en temas de normativa de origen, requisitos sanitarios y fitosanitarios, embalaje, rotulado y logística de última milla, entre otros aspectos operativos.
Logística, trazabilidad y cumplimiento: palancas de competitividad
La incorporación de más empresas al universo exportador exige cadenas logísticas predecibles y mecanismos de trazabilidad que reduzcan asimetrías de información. La estandarización documental y el uso de certificados y guías electrónicas ayudan a disminuir tiempos y costos, al tiempo que refuerzan la conformidad normativa frente a aduanas, servicios sanitarios, y autoridades de puertos y aeropuertos.
En paralelo, se observa una mayor atención a prácticas de sostenibilidad y eficiencia, que incluyen monitoreo de huella de carbono, gestión de residuos, optimización de embalajes y consolidación de cargas. Estas prácticas, además de responder a exigencias de compradores, pueden expandir el acceso a nichos premium y cadenas globales que valoran desempeño ambiental y social.
Pymes exportadoras: encadenamientos y valor agregado
La mayor participación de pymes implica un tejido productivo con encadenamientos más densos: proveedores de insumos, servicios logísticos, certificadoras, embaladores, transportistas y plataformas de pagos. La internacionalización de estas firmas tiende a elevar capacidades de gestión, calidad y cumplimiento, habilitando el salto hacia productos con mayor transformación y servicios asociados (posventa, personalización, diseño y soporte digital).
Sumado a ello, el uso de datos comerciales y de inteligencia de mercados permite ajustar portafolios según demanda, observar tendencias de consumo y detectar barreras técnicas tempranas. En sectores intensivos en regulación, la anticipación a requisitos de inocuidad, etiquetado y trazabilidad resulta determinante para sostener la continuidad exportadora.
Puertos, conectividad y eficiencia operativa
La conectividad marítima y terrestre desempeña un rol central para pymes y grandes exportadores. La coordinación entre terminales, depósitos extraportuarios y transporte carretero favorece el cumplimiento de ventanas de atención, reduce tiempos de estadía y minimiza costos logísticos. La disponibilidad de slots, interoperabilidad de sistemas de citas y visibilidad de inventarios mejora el flujo de contenedores y la confiabilidad de la cadena.
Perspectivas comerciales y gestión de riesgos
La ampliación de la base exportadora convive con un entorno de riesgos que exige vigilancia permanente: variaciones de costos logísticos, cambios regulatorios, actualizaciones arancelarias, exigencias técnicas, ciberseguridad y disrupciones geopolíticas. La gestión preventiva y el aseguramiento de contratos, pagos y transporte son dimensiones críticas para sostener el desempeño exportador, en especial para las pymes que enfrentan márgenes más estrechos.
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