ConaLog ratifica al Puerto Exterior como proyecto país clave para capacidad, conectividad y competitividad de Chile.
La Comisión Nacional de Logística (ConaLog) reiteró que el Puerto Exterior —la iniciativa de gran escala destinada a asegurar la continuidad y expansión de la capacidad portuaria en la macrozona central— se mantiene entre las prioridades estratégicas de Chile. La señal no solo ordena el mapa de inversiones y coordinación público-privada, sino que también alinea los esfuerzos en conectividad terrestre, sostenibilidad y productividad, claves para la competitividad de largo plazo.
Qué implica declararlo “proyecto país”
Cuando un plan de infraestructura es reconocido como proyecto país, adquiere una categoría que lo trasciende de cualquier ciclo político o coyuntura sectorial. En términos prácticos, la etiqueta opera como un compromiso de Estado: permite programar etapas con horizonte de décadas, priorizar permisos y coordinación interinstitucional, y establecer hojas de ruta que vinculan a ministerios, gobiernos regionales, municipios y empresas concesionarias. En el caso del Puerto Exterior, esta priorización asegura que el desarrollo de frentes de atraque de gran calado, explanadas para operación de contenedores y graneles, y la logística retroportuaria asociada, mantengan continuidad técnica y financiera.
El reaseguro de ConaLog también protege el proceso de toma de decisiones ante un entorno global desafiante: cambios en las rutas marítimas, mayor tamaño de naves, nuevos estándares ambientales y una competencia regional que invierte en terminales de última generación. Al situar el proyecto en el centro de la política logística, Chile se dota de una plataforma para elevar su resiliencia y su capacidad de orquestar cadenas multimodales, desde la primera a la última milla.
Capacidad, demanda y continuidad operativa
La planificación portuaria moderna se basa en asegurar la continuidad operativa frente a picos de demanda, contingencias climáticas y ventanas de mantención. La macrozona central —donde se concentra la mayor parte del comercio exterior chileno— requiere una infraestructura con márgenes de seguridad suficientes para absorber variaciones en las recaladas, regular la congestión en temporadas altas y sostener tiempos de permanencia competitivos. El Puerto Exterior está diseñado precisamente para ese salto: naves de mayor eslora, patios con mejor eficiencia por hectárea y accesos más robustos para el flujo terrestre.
Más allá de las cifras puntuales, el vector central es la capacidad efectiva. No se trata solo de metros de frente o hectáreas de patio, sino de un sistema que combina diseño operacional, ventanas de atraque, equipamiento de alto rendimiento y procesos digitales que reduzcan tiempos muertos. ConaLog, al respaldarlo, promueve que los supuestos de demanda y productividad se conecten con indicadores de desempeño verificables, de modo que cada etapa entregue valor desde su puesta en servicio.
Coordinación público-privada y gobernanza
La naturaleza de un puerto de gran escala exige una gobernanza capaz de sincronizar permisos, inversiones y mitigaciones. En este punto, la reafirmación de ConaLog impulsa mecanismos de coordinación intersectorial: transporte, obras públicas, medio ambiente, vivienda y desarrollo social, además de los gobiernos locales. El objetivo es pasar de un enfoque por proyectos aislados a una cartera integrada donde el frente marítimo, los patios, los accesos viales y ferroviarios, y la logística urbana se planifiquen como un todo.
La experiencia internacional muestra que los puertos más competitivos son aquellos que alinean la prestación de servicios con ventanillas únicas, trazabilidad documental, interoperabilidad de sistemas y una gestión de riesgos que atraviesa toda la cadena. ConaLog ha promovido precisamente estos pilares, reforzando la idea de que el Puerto Exterior debe nacer con estándares de digitalización, ciberseguridad y transparencia que eleven la confianza de los usuarios y de las comunidades.
Accesos viales, ferrocarril y logística terrestre
Ningún puerto es competitivo si sus accesos se transforman en un cuello de botella. Por eso, la priorización del Puerto Exterior viene acompañada de un énfasis en la conectividad carretera y ferroviaria, con trazas pensadas para separar flujos urbanos de los troncales de carga, crear enlaces de alta capacidad y promover el traslado eficiente de contenedores y graneles. La articulación con corredores logísticos, centros de consolidación y Zonas de Extensión Logística es parte del diseño funcional que ConaLog ha puesto sobre la mesa como condición para la sustentabilidad del sistema.
Gestión ambiental y desarrollo urbano
La sostenibilidad de un puerto no depende solo del cumplimiento normativo; requiere un diseño que anticipe impactos y los mitigue con soluciones basadas en evidencia. En el caso del Puerto Exterior, esto implica planes de manejo de ruido y emisiones, resguardo de ecosistemas cercanos, buenas prácticas de iluminación, gestión de residuos y soluciones de eficiencia energética que reduzcan la huella operacional. La coordinación temprana con la planificación urbana es clave para compatibilizar actividad económica, calidad de vida y usos del borde costero.
ConaLog ha insistido en que la licencia social se construye con participación, información oportuna y medición transparente. La conversación sobre accesibilidad, empleo local, capacitación y encadenamientos productivos debe ser parte del núcleo del proyecto, para que los beneficios se distribuyan de manera tangible y verificable en el territorio.
Productividad, digitalización y estándares de servicio
La competitividad portuaria se expresa en indicadores concretos: tiempos de atraque, productividad por grúa, rotación de patio y cumplimiento de ventanas. Un Puerto Exterior que nazca con gobierno de datos, integración de sistemas (puerto, navieras, TOS, depósitos y transporte) y servicios predictivos permitirá reducir variabilidad, mejorar la planificación y dar mayor certeza tarifaria y operativa a exportadores e importadores. ConaLog ha empujado que estos atributos se incorporen en los pliegos y modelos de operación para que el estándar sea exigible desde el día uno.
La digitalización también es una oportunidad para la trazabilidad documental y la seguridad. La interoperabilidad con ventanillas electrónicas, gestión de riesgos y controles aduaneros modernos facilita el comercio, mejora la fiscalización y disminuye costos indirectos, habilitando un ecosistema logístico más competitivo y formal.
Riesgos de no ejecutar a tiempo
La principal amenaza de no avanzar con un puerto de gran escala es la pérdida de resiliencia del sistema. Al crecer la demanda o al enfrentar contingencias, la falta de colchón operativo se traduce en tiempos de espera, costos logísticos mayores y desvío de naves a otros puertos de la región. Para las industrias intensivas en comercio exterior, la confiabilidad es un insumo tan crítico como el tipo de cambio o el precio del flete.
ConaLog, al reafirmar la prioridad, busca precisamente reducir ese riesgo: ordenar cronogramas, destrabar cuellos de botella y asegurar que la expansión de capacidad ocurra antes de que los márgenes de maniobra se estrechen. La planificación por etapas —con hitos verificables— permite introducir capacidad incremental sin esperar el final de todo el desarrollo.
Relación con otras obras estratégicas
Un puerto de gran escala necesita una red de proyectos complementarios: accesos de alto estándar, mejoramiento de cruces críticos, áreas de espera seguras, y, sobre todo, soluciones ferroviarias que descarguen presión de las carreteras. Asimismo, la coordinación con centros logísticos y zonas de extensión permite reducir la circulación de camiones en entornos urbanos y acercar servicios al hinterland, con mayor eficiencia para el transporte terrestre y menores externalidades.
ConaLog promueve que estas piezas se planifiquen como cartera integrada, evitando secuencias que agreguen fricción. La visión sistémica es la que convierte una obra en palanca de desarrollo y no solo en infraestructura aislada.
Hitos y próximos pasos
La categoría de proyecto país implica transparencia sobre etapas y resultados. Entre los próximos pasos están la consolidación de la ingeniería y la tramitación de permisos, la definición de estándares operacionales y ambientales, y la coordinación para que los accesos —viales y ferroviarios— avancen en paralelo a los frentes marítimos. También se proyecta la implementación de herramientas de gestión de riesgo y de interoperabilidad digital que den soporte a una operación segura y eficiente.
En paralelo, la conversación con comunidades y actores productivos seguirá siendo prioritaria, con mecanismos de participación que permitan ajustar diseños, anticipar impactos y maximizar beneficios locales, desde el empleo hasta la formación de proveedores.
En definitiva: una apuesta de largo plazo
El respaldo de ConaLog confirma que el Puerto Exterior no es solo una infraestructura portuaria, sino un componente esencial del modelo de desarrollo orientado al comercio exterior. Asegura continuidad operacional, eleva estándares de servicio, impulsa la transición a operaciones más limpias y ordena la coordinación público-privada. En definitiva, su priorización como proyecto país ofrece certidumbre para invertir, producir y exportar con mayor productividad y menor riesgo sistémico.
Fuentes
- Comisión Nacional de Logística (ConaLog) — lineamientos y comunicados sobre prioridades logísticas nacionales.
- Empresa Portuaria San Antonio — antecedentes y documentación del proyecto Puerto Exterior.
- Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones — políticas y planes de desarrollo portuario y logístico.
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